Oraciones extraordinarias hechas por personas ordinarias

Publicado el 12 de febrero de 2024, 3:38

Ella, muy angustiada, oraba al Señor y lloraba amargamente. Entonces hizo voto y dijo: «Oh Señor de los ejércitos, si te dignas mirar la aflicción de Tu sierva, te acuerdas de mí y no te olvidas de Tu sierva, sino que das un hijo a Tu sierva, yo lo dedicaré al Señor por todos los días de su vida y nunca pasará navaja sobre su cabeza1 Samuel 1:10-11 NBLA

Dios no tiene ningún problema con que nosotros vayamos a Él a llorar nuestra amargura ¿a qué otro lugar podríamos ir? Si hay alguien que puede oír nuestra amargura ese es Dios. Ana llega a Dios con un corazón bastante atribulado, pero a pesar de eso ella dice a Dios “si te dignas mirar la aflicción de Tu sierva” es decir, ”tú no tienes que hacerlo” pero si lo haces… que contraste el de esta mujer con Raquel, otra mujer estéril cuyo clamor también está en la Escritura, ella demandaba un hijo porque estaba en afrenta (Génesis 30)… pero Ana, ella se somete a la voluntad de Dios, ella derrama su amargura pero no exige nada. Ana no pide un hijo para llenar su necesidad, ella pide un hijo porque quiere una descendencia para Dios. La Biblia dice en Mateo 7:11: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” ¿Qué buscamos? ¿Por qué lo buscamos? ¿Cómo lo buscamos? Estamos llamados a vivir una relación con Dios tan personal que a la hora de orar mis oraciones reflejen mi vivencia diaria con Dios.  En 1 Samuel 2:1-10 encontramos a Ana nuevamente orando, ella ahora está exaltando los atributos de Dios. Ana es una mujer que conoce a Dios, ella exalta la soberanía de Dios, ella le alaba por Su soberanía y dice: “Nadie será fuerte por su propia fuerza” que profundas son estas palabras… Nosotros muchas veces oramos: “Señor que sea tu voluntad y al decir amen nos paramos a forzar la nuestra”

En Nehemías 1:5-6 encontramos a otra persona común orando de una manera extraordinaria. Nehemías recibe un reporte del oprobio y necesidad en la que está el pueblo de Dios en Jerusalén y basado en ello ora, pero antes de pedir cualquier cosa él hace memoria acerca de quién es Dios e inmediatamente relaciona los atributos de Dios con la obediencia de ellos como pueblo de Dios. Él dice: “nosotros hemos pecado contra ti” el oprobio ha llegado a nuestras vidas por causa de nuestro pecado, es así en tiempos de Nehemías y es así en nuestros días…. Estamos donde estamos como humanidad por causa de nuestro pecado, el pecado ha traído oprobio y execración a nuestras vidas. Pero a Aquel delante de quien Nehemías y nosotros estamos presentando nuestra causa está dispuesto siempre a dar y a hacer visible Su gloria en nuestras vidas, pero quiere ver en nosotros lo mismo que vio en Cristo Jesús (Filipenses 2:5-9) Nehemías no apela a nada que tenga que ver con – yo me lo merezco o tú me lo debesél apelo al carácter Dios y no a los méritos de ellos como pueblo. Muchas veces queremos que Dios bendiga por nuestro esfuerzo y nos olvidamos que nuestras obras delante de Dios son como trapo de inmundicia (Isaías 64:6). Si vamos a apelar que sea por los méritos de Cristo, por Su obra… Su carácter es la única razón por la que Dios responde.

Apela a Su carácter y verás la diferencia, pero esto no puede ser algo que hagamos mecánicamente (como repetir un discurso elocuente)… es necesario que escudriñar Su Palabra y creer en lo que la Escritura dice de Dios para que mis oraciones estén cargadas de Su carácter. Nehemías al igual que Cristo sólo pidió el favor de Dios (como Dios quisiera otorgarlo) nuestras oraciones deben ser más confiadas en lo que Dios sabe de la situación y Su propósito que en lo que nosotros podemos creer puede ser la solución… porque siempre que estemos dispuestos a vivir para Su gloria, Él va a responder para dar gloria a Su Nombre.

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