
“Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en Él; es justo y recto” Deuteronomio 32:4
En el mundo existen terribles testimonios de la realidad dolorosa del sufrimiento, y si bien es cierto que no todos tenemos la misma historia para contar es posible que tengamos algo de conocimiento sobre las múltiples formas en que los seres humanos se dañan unos a otros, tanto intencionalmente como no ¿Por qué Dios permite que sucedan tales cosas? La mayoría de nosotros conocemos parejas en las que uno de los cónyuges ha sido infiel, causando un dolor inmenso al otro cónyuge y a sus hijos. Conocemos situaciones en las que conductores borrachos han ocasionado tragedias a personas inocentes. En cualquier multitud grande, es probable que haya personas que sufrieron abusos sexuales cuando eran niños o que fueron violadas. De hecho, cosas como estas pueden habernos sucedido siendo cristianos y mientras sucedían le rogamos a Dios que las detuviera. Entonces, ¿por qué no lo hizo?
Quizás para muchos al mirar atrás es posible recordar con amargura aquella niñez en la que tus padres no se esforzaron en ayudarles a crecer como cristianos piadosos ¿por qué no parecía importarles hacer eso? ¿Por qué no te hablaron de cuánto te arrepentirías de haber hecho algunas de las cosas que hiciste? Y que, de aquellos ambientes laborales hostiles, con compañeros y superiores que te tratan injustamente. O quizas haces parte de una iglesia local en la que algunos de sus miembros viven de manera claramente antibíblica, y esto te angustia día tras día ¿por qué Dios no simplemente saca a esas personas y hace que la iglesia se parezca más a lo que, al parecer, Él debe querer que sea? O tal vez consideres una y otra vez tus propias desiciones y te des cuenta de que, si tus circunstancias hubieran sido un poco diferentes, entonces tal vez todo estaría bien en este momento… ¿por qué Dios permitió que las cosas sucedieran como lo hicieron? Puede que no dudes ni niegues tu responsabilidad y culpa, pero aun así parece que Dios podría haberte impedido caer en ese pecado.
Cuando consideramos el sufrimiento vemos que no sólo se trata de lo nos hacemos unos a los otros, también sucede que nos dañamos a nosotros mismos
¿Cómo se relaciona la voluntad de Dios con la nuestra cuando nos lastimamos unos a otros y a nosotros mismos? ¿Dónde está Dios cuando esto sucede? ¿Por qué Dios no detiene esas cosas? las Escrituras afirman que Dios crea, envía, permite e incluso mueve a otros a hacer el mal sin nunca hacer el mal Él mismo. Él crea y sostiene a las personas pecadoras sin ser Él mismo la fuente de su pecado… Dios ordena el mal al permitir que las personas, las cosas y los acontecimientos malos existan y persistan. Los hermanos de José nunca habrían existido si Dios no hubiera querido que existieran. Él formó sus entrañas y las tejió en el vientre de sus madres (Salmo 139:13). No habrían tenido poder para elegir o actuar si Dios no los hubiera sostenido momento a momento. Dios escribió cada uno de sus días en Su libro antes de que comenzara el tiempo. Nada de ellos, de sus elecciones o de sus actos sorprendió a Dios. Es imposible responder plenamente los muchos por qué que golpean el alma cuando el sufrimiento llega, pero a pesar de ello podemos estar seguros de que incluso lo peor de nuestro sufrimiento algún día se revelará como parte integral de “todo el bien que tenemos en Cristo” (Filemón 1:6)
Añadir comentario
Comentarios