Encontrando el gozo en los términos de Dios

Publicado el 22 de mayo de 2024, 3:48

Así que, ¡gracias a Dios!, quien nos ha hecho sus cautivos y siempre nos lleva en triunfo en el desfile victorioso de Cristo. Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume” 2 Corintios 2:14-15 NTV

Somos para Dios la fragancia de Cristo, el mundo que nos rodea no puede ver a Jesús soportar el sufrimiento con gracia porque Él no está aquí en la tierra, pero tú y yo sí. Y podemos llevar en nuestra carne lo que falta a Sus aflicciones (Colosenses 1:24), y al hacerlo llegar a ser ese dulce perfume, esa fragancia, ese aroma de Cristo para Dios. ¡Qué bendición, que privilegio, que honor, que gozo inefable! Y si debo recordarle al Padre Su precioso Hijo que sufrió, la niña de Sus ojos oprimido y tratado con crueldad, el santo de Dios manchado con la putrefacción de mi pecado; si he de seguir Sus pasos, entonces es un don sufrir junto a Él, tomar mi cruz cada día y seguirlo. “Por tanto, puesto que Cristo sufrió en la carne, armaos de la misma manera de pensar; porque quien ha padecido en la carne, ha cesado del pecado” (1 Pedro 4:1). Es maravilloso que Dios a través del apóstol Pedro haya incluido eso, es como si nos dijera lo mismo que en Gálatas 2:20 “con Cristo estoy juntamente crucificado” pero con otras palabras… sin estos textos podríamos juzgar el sufrimiento y pensaríamos que nos da razón para vivir con amargura, preocupación, autocomplacencia o algún otro pecado…. Pero dado que es inevitable que suframos en este mundo caído Dios nos exhorta a no usar la aflicción como excusa para pecar, sino más bien como una oportunidad para honrar el sacrificio de Cristo.

Sólo cuando enfrentamos el sufrimiento en los términos de Dios es posible que también conozcamos y experimentemos el gozo en los términos de Dios. Cuando nos hemos unido a Cristo en Su sufrimiento Dios nos da de Su alegría, y Su alegría puede inundar nuestro corazón como un torrente de deleite y a su vez fluir a través de nosotros hacia otros que también sufren como una avalancha de aliento y consuelo, para luego volver a Dios como una fuente continua de alabanza… como ese sacrificio continuo de grato olor que perfuma constantemente los atrios de Dios. Dios introduce en nosotros Su paz, poder y perspectiva de evaluar las circunstancias, Él nos da una nueva forma de ver nuestras dificultades. Él pone una nueva canción en nuestro corazón… cuando nos jactamos de nuestras aflicciones y nos gloriamos en nuestras debilidades, el poder de Dios se derrama sobre nosotros.

No debemos sufrir para ser cristianos, sino porque somos cristianos y porque sabemos que nuestra herencia nos espera. No sufrimos para ser aceptos sino porque ya somos aceptos… ¡y somos aceptos porque Jesús pagó el precio! Confiar en Dios en todo tiempo nos lleva a comprobar que Su Palabra actúa y transforma. Su gracia no solo nos ayudará a permanecer firmes en la tormenta porque conocemos las verdades del evangelio, sino que nos llevará a encontrar gozo genuino en medio de la aflicción.

Valoración: 5 estrellas
5 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios