
“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que, al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo” Mateo 13:44
A través de esta parábola Jesús hace una ilustración de como luce la conversión de un creyente. Es triste que el énfasis que muchos predicadores le han dado ha reducido la riqueza de este texto a una mera decisión humana: “puedes tener el reino. Vende lo que tienes” y esa pequeña frase “y de alegría por ello, va…” para muchos perdió el protagonismo que Cristo quiso darle, porque se ha resaltado más la decisión que la razón que impulsó tal decisión.
Consideremos otra enseñanza de Cristo a partir de lo acontecido con el joven rico (Marcos 10:17-22)… Cristo dijo en voz alta para que sus discípulos le escucharan: ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios! A lo cual Pedro se ufanó casi inmediatamente respondiendo “Señor, lo hemos dejado todo y te hemos seguido” (Marcos 10:28) y así como Pedro muchos estamos convencidos que Dios realmente debe estar agradecido con lo que nosotros hemos hecho por Él ¿Qué quieres decir, lo dejaste todo y lo seguiste? ¿Qué es Cristo? Cristo no agradeció a Pedro, Él se limitó a responder: “Pedro, no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de Mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna” ¡Deja de auto promocionarte! Más bien preguntémonos ¿Cómo vivimos en la persecución, el sufrimiento y las dificultades? La razón por la que hago esta pregunta es porque creo que cuando la vida se vuelve tremendamente dura hasta el borde de la muerte por enfermedades, accidentes, guerras o persecuciones, es cuando en verdad tu lealtad a Cristo se muestra.
Entonces, ¿cómo manejas el sufrimiento? Miras a través y más allá de él lo que Dios te ha prometido, puedes ver a Dios obrar en y para ti y te regocijas en ello a pesar de que las lágrimas de dolor corren por tu rostro… “Bienaventurados seréis cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros mintiendo. Alegraos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en el cielo” (Mateo 5:11-12) es cierto, se nos ha ofrecido una gran recompensa en el cielo y en la tierra, pero también se nos ha garantizado que junto con ello habrá persecuciones y tal vez por esta certeza es que Jesús nos enseñó tantas cosas sobre Él y Su Padre… “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo” (Juan 15:11) para que cuando venga la prueba de nuestra lealtad y amor el gozo del Señor esté en nosotros y nuestro gozo sea completo, no porque no sufrimos sino porque Él ha llegado a ser nuestro tesoro… y aun si lo perdiésemos todo, aquella alegría de haberle encontrado permanezca inalterable en nosotros.
Añadir comentario
Comentarios