
Sólo Dios puede otorgarte gozo en Él y al mismo tiempo es necesario que luches por tener ese gozo en ti ¿Es esto acaso algo contradictorio? De ningún modo, es más un medio para ser modestos mientras luchamos por el gozo. Consideremos algunos pasajes para ilustrar mejor esto que es aparentemente contradictorio:
Proverbios 21:31: “El caballo está preparado para el día de la batalla, pero la victoria es del Señor”, ciertamente que el jinete debe prepararse para la batalla como si la victoria dependiese de su esfuerzo, pero la victoria está en manos del Señor… ¡regocíjate por ello! Proverbios 19:21: “Muchos son los planes en la mente del hombre, pero el propósito del Señor permanecerá” Es necesario que seamos un pueblo que planifica su vida, es un error vivir una vida sin un plan. Tus planes pueden suceder o no y Dios decidirá, y alégrate por eso ¡sé totalmente feliz por eso! Salmo 127:1: “Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican. Si el Señor no vigila la ciudad, en vano vela el centinela”. Sé esforzado y construye tu casa con dedicación, pero sé modesto. Pero nunca olvides que, si tu casa se construye, Dios la construyó. Y si nadie ataca la ciudad, Dios les impidió atacar la ciudad. Nosotros a pesar de nuestra limitación tenemos un lugar en la causalidad, tenemos un papel importante en el hacer de Dios… Él no nos habría creado si no hubiera razón para que existiéramos. Pero nos corresponde un lugar modesto que atribuye a Dios la última palabra sobre si hoy soy feliz o no. No deberíamos altercar con nuestro Hacedor cuando hemos hecho todo lo posible para ser felices y no lo somos, Él es Soberano y suyo es el derecho de enviar a nuestras vidas el invierno muy a pesar de nuestro deseo por la primavera.
Nuestros días se caracterizan por un sinnúmero de técnicas que garantizan la felicidad en cada área (matrimonio, paternidad, finanzas, laboral… etc) la razón por la que abundan es porque somos personas que siempre vamos buscando una técnica que nos garantice la consecución de lo que codiciamos y no deseamos de ningún modo ser modestos, deseamos que nos vean triunfar y que la gente sepa que nosotros lo hicimos, que todo el mérito es nuestro. Aún como iglesia pecamos al no querer someternos a la soberanía de Dios, y por ello aún las iglesias locales están en búsqueda de “estrategias evangelistas” que les hagan crecer y les haga visible en medio de todas las demás iglesias... Deseamos hacer que las cosas sucedan por nosotros mismos. Ser sumisos a la soberanía de Dios nos librará del legalismo, porque no podemos ganarnos el favor de Dios con nuestras obras. Primero debes tener el favor de Dios antes de poder hacer algo.
Entonces necesitamos luchar, pero también necesitamos descansar ¿Es estrecha la puerta y duro el camino que lleva a la vida? La puerta es estrecha y el camino es duro, y son pocos los que la encuentran. Entonces, la vida cristiana es dura, ¿verdad? Es una lucha. Es eso, por un lado, y si eso es lo único que piensas, probablemente serás una persona amargada y sin gozo… Sin embargo, es más que eso. Cristo dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar. Toma mi yugo sobre ti y aprende de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarás descanso para tu alma” Entonces ¿Lucha o descanso? La vida cristiana es ambas cosas, y así es como se unen: la lucha es descansar en el lugar correcto, y el mundo entero te dice que descanses en los lugares equivocados. El mundo nos dice que descansemos en el dinero, en el éxito, nuestra apariencia, nuestras fuerzas, nuestros negocios. El mundo quiere que encuentres tu satisfacción, tu descanso, tu tranquilidad en: seguros, cruceros, la gran jubilación, la gran cuenta bancaria. Y si sólo hay un modo que hace posible descansar, entonces es entendible el por qué resulta difícil descansar para aquellos que no tienen gozo en Dios.
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