Por está razón podemos vencer

Publicado el 1 de junio de 2024, 4:32

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición” Gálatas 3:13

Nuestra realidad antes de Cristo es sólo una: todo lo que la ley nos exigía no lo cumplimos como debíamos y, por lo tanto, estamos bajo la maldición de la ley, que es la condenación, en otras palabras: perdidos. TODAS las personas en el mundo están en esta condición si no han nacido de nuevo, no hay nadie que no haya nacido ni vivido bajo esa condición. Pero Dios ha obrado en favor nuestro Romanos 8:32: “El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará con Él todas las cosas?” Cristo fue hecho maldición para remover la maldición que estaba sobre nosotros antes de creer en Él… pero eso no es todo lo que tenemos en Cristo, también tenemos un compromiso de parte de Dios, un pacto sellado con sangre: todo lo que es bueno para ti en la eternidad ha sido comprado para ti y te será dado. La maldición se ha ido, la culpa se ha ido, el pecado ha sido cubierto. Y toda bendición en los lugares celestiales ha sido adquirida: ¡Consumado es! Podemos acercarnos con confianza al trono de la gracia, toda Su ira ha sido eliminada y reemplazada por misericordia total, bendiciéndome para siempre con todo lo que me hará feliz en la eternidad y la única manera en que entras en eso es solo con fe, tal como dice Gálatas 3:28: somos justificados por la fe, sin las obras de la ley.  Y recuerda que tener fe es es venir a Jesús para encontrar satisfechas en Él el hambre y la sed de nuestro corazón.

Entonces por cuanto Cristo venció en la cruz TODOS los pecados con los que luchas en tu lucha por el gozo, son pecados perdonados. Podemos vencer sobre TODOS estos pecados porque son pecados derrotados y nosotros si tenemos a Cristo somos más que vencedores. Por tanto, todo pecado que te ofrezca placer en un lugar que no sea Dios puede ser vencido y la única manera de vencerlo es que por fe puedas verlo y reconocerlo como un pecado castigado en la cruz. Este es el misterio de la vida cristiana, es una lucha… una lucha difícil pero no luchamos como pecadores perdidos, luchamos como pecadores justificados. Mis pecados todos ellos fueron cubiertos por la Sangre preciosa de Cristo. Puedo enfrentarlos, puedo vencerlos. Tener la capacidad para vencer el pecado es la evidencia de que hemos sido justificados, el pecado ya no tiene poder para enseñorearse de nosotros.

Ahora si entendemos bien esto es evidente que la “seguridad de salvación” que muchos tienen no es más que sólo arrogancia ¿Por qué? Porque practican el pecado y no ven ningún problema en hacerlo porque según ellos “son salvos por gracia”, pero alguien que toma la gracia como una excusa para seguir pecando solo demuestra que no es salvo. Puede que en un cristiano haya una temporada de reincidencia, pero una persona que continúa tratando el pecado en su propia vida de una manera arrogante e indiferente, usando la gracia como licencia para pecar, no ha entendido ni ha experimentado lo que es nacer de nuevo, y por tanto sigue siendo un esclavo del pecado.

Cristo nos ha redimido de las obras de la ley, y aun cuando nuestra lucha por el gozo en Dios implica un obrar de nuestra parte no luchamos para ser justificados, sino que luchamos por el gozo en Dios como pecadores justificados.

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