
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” 2 Corintios 4:3-4
Este es un versículo bastante asombroso, por medio de él podemos dilucidar que la principal ocupación del diablo es impedir que veas la gloria de Dios en el evangelio. El evangelio es el anuncio de la gloria de Cristo… son las buenas noticias de que hemos sido salvados por gracia, no por obras. Pablo dijo al respecto a los Corintios: “Los judíos exigen señales y los griegos buscan sabiduría, pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles” (1 Corintios 1:22-23) para los judíos un obstáculo, para el resto de las personas (gentiles) una tontería. Pero para los que de en medio de esos dos pueblos son escogidos y llamados por Dios, la cruz es belleza, sabiduría, poder. Quizás tú mismo algún día consideraste las cosas del Espíritu, las cosas de Dios y las juzgaste como una completa locura. No pudiste percibir ningún atractivo en lo que se te estaba anunciando… y de un momento a otro escuchando un mensaje, leyendo la biblia o quizás hablando con alguien tu corazón pudo ver la belleza del evangelio, y ese mensaje que un día fue una tontería llegó a ser convincente para ti y deseaste conocer más. No pudiste resistir más y lo abrazaste… y por primera vez en tu vida pudiste ver. Quizás pensaste que eso era una experiencia singular, algo que sólo tu viviste… No conocías lo que dice 2 Corintios 4:4 Dios es tan misericordioso que hace cosas maravillosas en nuestras vidas cuando no podemos expresarlas con palabras. Y la vida cristiana va creciendo en nuestra comprensión bíblica del milagro que nos sucedió, vimos la gloria de Dios en el evangelio con los ojos de nuestro corazón.
Ese es el principio de todo aquel que comienza su caminar con Cristo, pero ¿y luego qué? A partir de ese primer rayo de luz inicia nuestra lucha por el gozo en Dios, nuestra lucha por seguir viendo la gloria de Dios con un fulgor más fuerte que cualquier otra gloria que pueda estar emitiendo destellos alrededor nuestro y vaya que si hay otras glorias por ahí: la gloria de los deportes, de la fama, la comida, las relaciones humanas…. Pero hay una gloria suprema que satisface a plenitud el alma que es deslumbrada con ella y esa es la gloria de Cristo. Entonces hemos entendido que hay una lucha que debe ser librada, pero ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo lucho por el gozo en Dios? Dios ya nos dio esa respuesta “Los preceptos del Señor son rectos, alegran el corazón” (Salmo 19:8). “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí, y tus palabras se convirtieron en gozo y en deleite de mi corazón, porque tu nombre soy llamado” (Jeremías 15:16) o que tal esto: “Santifícalos en tu verdad. Tu palabra es verdad” (Juan 17:17). Santidad es una palabra que nombra a alguien que es tan feliz en Dios que el pecado ya no tiene ningún atractivo… Eso es santidad. Si queremos ser como ese árbol plantado junto a corrientes de agua que da su fruto en su tiempo... haz de la ley de Jehová tu deleite y en Su ley medita de día y de noche (Salmo 1).
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