Una frágil esperanza vs Una esperanza absoluta

Publicado el 28 de junio de 2024, 3:17

¿Qué cambia cuando pruebas y descubres que Jesús es el Pan del cielo que todo lo satisface? se te abren los ojos, ves a Jesucristo como el Hijo de Dios crucificado y resucitado, pruebas y sabes que Él es el Pan de Vida, comes, es decir, crees, ¿y el resultado? Con toda certeza vas a seguir trabajando como siempre, entonces ¿Qué cambia? El alimento que perece ya no dominará más tu voluntad. Cristo dominará tu voluntad como Tesoro Supremo… y ese único cambio transformará todo lo demás. Así que ponte a trabajar ahora, no dominado por el deseo del pan que perece o por el miedo a perder el Pan del cielo. De ahora en adelante trabaja conociéndolo, confiando en Él, atesorándolo, estando satisfecho en Él, con el corazón puesto en valorarlo en todos los aspectos de tu vocación y entonces Jesús será un banquete siempre dispuesto para ti cuando todo lo demás falle.
Tener la vida eterna delante de ti y comer todos los días el Pan de Vida no te convertirá en un trabajador perezoso. No te convertirá en un trabajador de mala calidad. No te convertirá en un trabajador triste. Todo lo contrario, comer el Pan del cielo aportará celo, excelencia y alegría a tu trabajo porque lo conoces, confías en Él, lo atesoras y aspiras a engrandecerlo y hacerlo ver glorioso ante los demás por medio de tus buenas obras (Mateo 5:16). Y sabes que todo lo que hagas en Su nombre y para Su gloria (desde lavar el baño hasta dirigir una junta directiva) será recompensado por los siglos de los siglos en la nueva tierra, en la nueva Jerusalén porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia Su Nombre (Hebreos 6:10)
Comer el pan del cielo lejos de robar tu gozo al trabajar te hará más gozoso porque tu motivación ya no estará irradiada por el brillo de las cosas temporales sino por brillo de las promesas eternas que nos han sido dadas por causa de Cristo. Tu motivación ya no será crecer laboralmente, ni un enorme salario o una posición de poder, mucho menos el deseo de alcanzar una jubilación jugosa que te permita retirarte laboralmente… porque aún si nada de esto llegase a suceder Cristo siempre será un banquete para ti cuando todo lo demás falle. Y tendrás ante ti no la frágil esperanza de unos años de retiro en tu vejez, sino la certeza absoluta de una eterna morada en la casa del Padre junto a Jesús (Juan 14:2). Y no serás demasiado viejo para disfrutarlo, serás joven y estarás lleno de vigor para siempre en un eterno crucero por el basto océano de la eternidad con Jesús… frente a toda esta expectativa ¿Qué es aquello que ofrece esta vida terrenal que supere lo que Dios ha prometido como para que le cambiemos a Él y cambiemos Su ofrecimiento por algo que tiene fecha de caducidad? ¿No es acaso una locura cambiar gozo eterno por placer temporal?

 

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