¿Yo o el Espíritu Santo?

 “¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? ¿Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? ¿Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” Gálatas 3:1-5

Este es uno de los pasajes más importantes sobre el Espíritu Santo y la vida del creyente en el Nuevo Testamento. Pablo hace un énfasis especial para dejar claro que la manera en que recibimos el Espíritu en primer lugar —es decir, cuando nos convertimos en cristianos— y la manera en que experimentamos Su poder es la misma, él pregunta ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley o por el oír con fe?”. La respuesta es: por el oír con fe. Entonces ¿cómo somos salvos? somos salvos, cuando recibimos el Espíritu Santo y Él se convierte en parte de nuestra vida al oír con fe… de modo que “Si comenzaste por el oír con fe, vive por el oír con fe”. Pablo también confronta la necedad de los creyentes con otra pregunta “¿Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” y la respuesta es la misma: lo hace por el oír con fe. La única manera de recibir el Espíritu y seguir adelante en el Espíritu se llama oír con fe… de aquí tenemos dos implicaciones: recibiste el Espíritu Santo por el oír con fe entonces el Espíritu Santo seguirá obrando en ti por el oír con fe”.

Ahora bien, ¿qué significa esto? Esto es lo que yo entiendo que significa. El acto humano o la experiencia humana que corresponde al acto divino de la venida y la obra del Espíritu Santo es la fe. Ahora bien, en la experiencia humana, ¿qué está sucediendo conscientemente en mí? Se llama fe. Y la razón, por la que lo llama oír con fe es porque quiere decir muy claramente que no es una fe vaga, no es una fe que no hace nada. Es fe que responde a un mensaje escuchado. “¿Cómo creerán en aquel de quien nunca han oído?” y “así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Cristo” (Romanos 10:14,17) Así que recibimos el Espíritu Santo y seguimos siendo fortalecidos y viviendo en el poder del Espíritu Santo a través de la fe, y esa fe proviene del oír y creer la Palabra de Dios que nos es predicada. Él está hablando acerca del evangelio. Entonces si comenzaste en el poder del Espíritu (por el oír con fe), la única manera de seguir viviendo y andando, siendo perfeccionados y conformados a la imagen de Cristo, es en el poder del Espíritu Santo y no en la carne… Amada Iglesia si has comenzado por el Espíritu, vive por el Espíritu. Si comenzaste por oír con fe, vive por oír con fe. No se trata de emociones, no es una fe que viene por emociones o por experiencias místicas, es una fe que surge por el oír y creer en el evangelio, esa fe es la que nos da vida a nosotros que nacimos muertos en pecados y delitos y es únicamente esa fe (la que viene por el oír la Palabra de Dios) la que puede capacitarnos para vivir y andar como lo hizo Cristo, porque el que dice estar en Él debe andar como Él anduvo (1 Juan 2:6)