Una fe que va mucho más allá

Publicado el 13 de julio de 2024, 4:59

La expresión andar por el Espíritu de Gálatas 5:25 que también es usada en Romanos 8:4 se ilustra, como dar el fruto del Espíritu. Entonces, si te preguntas: ¿Cómo armonizo estos dos mandamientos ‘dar el fruto del Espíritu’, y ‘andar por el Espíritu’?” Yo diría que no hay ninguna diferencia entre ellos. Es solo una descripción de lo que sucede: El Espíritu Santo está en mí y Él está dando el fruto, esa es mi vida, ese es mi andar. Estoy andando por el Espíritu cuando estoy dando el fruto del Espíritu. Si es así, ¿cuál es el principal fruto del Espíritu? Y la respuesta es el amor. Por lo tanto, andar por el Espíritu significa convertirme en una persona en la que constantemente permanece y se manifiesta el amor fraternal (Hebreos 13:1), una persona radical, antinatural, sacrificada, distintivamente distinta (1 Pedro 2:9). Teniendo en cuenta esto, podemos parafrasear Gálatas 3:5 de este modo: “Aquel que nos suministra el Espíritu y sigue obrando el milagro del amor en nosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe?” Y la respuesta es: por el oír con fe. Escucha el evangelio, créelo y algo sucederá, es decir, el Espíritu Santo estará obrando de alguna manera en ti para producir amor.

Más adelante en Gálatas 5:6 Pablo dice: “Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor”. Así que no son obras, sino fe: la fe que obra por el amor. Así que la fe produce el efecto del amor en nuestras vidas y también el Espíritu Santo produce el efecto del amor en nuestras vidas ¿Ves eso? “El fruto del Espíritu Santo es amor” y el fruto de la fe es amor. Uno describe la obra libre y soberana del Espíritu y el otro describe cómo lo experimentamos nosotros: Confío en algo, creo en algo, acepto algo, valoro algo… Entonces, la fe es algo realmente profundo. La fe verdadera debe llevarnos más allá de la frase “Confío en Jesús como Salvador y Señor”, a “Confío en Jesús como Salvador, Señor y tesoro supremo de mi vida”, porque en nuestro contexto, de todos modos, confiar en Él como Salvador y Señor puede dejarnos indiferentes a Su gloria con bastante frecuencia. Pero la verdadera fe (la que viene por el oír) se propone llevarte a mucho más que eso, Pablo dice en Filipenses 3:8: “Y aun estimo como pérdida todas las cosas por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. Creo que eso es lo que dice la fe acerca de Jesús. La fe dice: “Mi Salvador, porque definitivamente creo que necesito uno. Mi Señor, porque definitivamente creo que estoy tan perdido que necesito una guía, alguien que señoree en cada rincón de mi vida. Y mi Tesoro, porque definitivamente creo que ese Alguien que es Cristo es digno de ser estimado, valorado y apreciado por encima de todo lo que hay en el mundo.

Es esta fe, que se desarrolla por oír el evangelio (las buenas nuevas) que son anunciadas en las Escrituras desde Génesis hasta Apocalipsis la única fe que puede darnos vida a nosotros que nacimos muertos en delitos y pecados, creer de este modo ciertamente que cambiará todo en tu vida porque al ser nacidos de nuevo la obra del Espíritu Santo comienza en nosotros… de modo que poco a poco por medio de continuar oyendo con fe la Escritura se manifestará en nosotros el fruto del Espíritu: una fe que obra por el amor (Gálatas 5:6). A este obrar por el amor es al que Cristo hizo referencia cuando exhortó a Sus discípulos (y a todo creyente) a dejar brillar su luz (Cristo: la luz del mundo) delante de los hombres para que ellos vean nuestras buenas obras por medio de nuestra conducta y puedan apreciar cuan glorioso es nuestro Señor (Mateo 5:16), de tal manera que nuestras vidas se conviertan en una invitación constante a querer conocer a Ese que es tan infinitamente sublime que ha seducido nuestras almas tan sobrenaturalmente, como lo haría un tesoro o una perla de gran precio… y todo este obrar por el amor es la obra del Espíritu Santo actuando en nosotros como un destello que desde nuestro interior enfoca nuestros pensamientos y nuestra meditación en la belleza de Cristo y en todo lo que Dios es para nosotros en Él y a través de Él.

Valoración: 4.8333333333333 estrellas
6 votos

Añadir comentario

Comentarios

Shirley García
hace 10 meses

🙏🙏🙏🙏