Orando en el poder del Espíritu

“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos” Romanos 8:26-27

Hemos hablado sobre vivir en el poder del Espíritu y predicar en el poder del Espíritu, ahora nos enfocaremos sobre orar en el poder del Espíritu. Pero antes de iniciar, tengo tres preguntas que hacer con respecto a esto de acuerdo al pasaje con el que iniciamos este devocional, cuando el Espíritu Santo intercede por nosotros: ¿Qué pide el Espíritu Santo por nosotros? ¿Cómo ora el Espíritu Santo por nosotros? ¿Por qué el Espíritu Santo ora por nosotros?

Vamos a abordar cada una de estas preguntas a la vez. La primera pregunta es: ¿Qué pide el Espíritu Santo por nosotros? Pablo ha dicho que el Espíritu Santo nos ayuda, y ahora dice cómo nos ayuda: Él intercede por nosotros “con gemidos indecibles” o gemidos sin palabras. Pero, ¿qué es lo que Él pide cuando intercede? El pasaje nos da varias pistas para responder a esta pregunta. Primero, dice que el Espíritu pide cosas que no sabemos cómo pedir. Segundo, dice que el Espíritu pide cosas que no conocemos debido a nuestra debilidad. Tercero, el Espíritu pide cosas que están de acuerdo con la voluntad de Dios… Ahora meditemos en cada una de esas tres pistas.

Él está orando por nosotros pidiendo cosas de las que no sabemos que debemos orar. Considerando esto, eso elimina muchas cosas, porque conocemos muchas cosas por las que debemos orar: debemos orar por todo lo que se manda en la Biblia que se cumpla en nuestras vidas. Debemos orar por la santidad, por el fruto del Espíritu Santo… cada mandamiento incondicional de la Biblia, debemos convertirlo en una petición de oración. Fácilmente podríamos orar todo el día por lo que, si sabemos que debemos orar, tan solo tendríamos que abrir la Biblia, empezar a leer y convertir cada mandamiento y promesa en una oración. Entonces hay mucho que sabemos es la voluntad de Dios, pero aquí se nos dice que hay asuntos que no conocemos explícitamente y es en esos asuntos que nosotros ignoramos pero que el Espíritu Santo sí conoce en los que Él nos releva de aquello que nosotros debemos hacer pero que no podemos hacer porque no sabemos cómo hacerlo. Nos reemplaza e intercede por nosotros de la manera en que necesitamos que Él ore debido a nuestra ignorancia.

La segunda pista es que esta ignorancia nuestra se debe a nuestra debilidad. Ahora bien, ¿qué significa debilidad? en el contexto del texto, en Romanos 8:18-25, especialmente el versículo 23, dice “gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”, el contexto allí es nuestra decadencia, nuestra miseria, nuestra caída… en fin, ese es el tipo de debilidad de la que está hablando, especialmente, el sufrimiento corporal, porque habla de la redención del cuerpo. La debilidad que nos hace ignorantes es la debilidad que se debe al dolor, la enfermedad, la persecución, cualquier cosa que pueda amenazar nuestras vidas, nuestra salud y hacer que nuestros cuerpos sufran. El Espíritu Santo nos ayuda en esas debilidades. Entonces, ¿qué es lo que no sabemos debido a esas debilidades? No conocemos la voluntad secreta de Dios sobre si viviremos o moriremos. ¿Conoces la voluntad de Dios para tu vida? Hay una voluntad de Dios que nos es revelada en la Escritura, pero hay una voluntad de Dios particular de la cual no tenemos conocimiento ¿Qué es aquello que se encuentra escrito en Su libro para mi vida que ha de cumplirse sin faltar nada de lo que allí está ordenado? (Salmo 139:16) No lo sabes… No sabes si podrás ver el amanecer de mañana, Pablo no sabía qué pasaría con aquel aguijón en su carne ¿Cuál es la forma correcta de orar en una situación así? Él rogo para que le fuese quitado, pero después de la tercera vez el Señor le dijo: “No, bástate Mi gracia. Porque Mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9)… Entonces, en aquello que no sabemos cuál es la voluntad de Dios ¿Cómo oramos? Nosotros no sabemos lo que debe suceder. Pero sabemos una cosa: “Queremos que Cristo sea magnificado en nuestros cuerpos, ya sea por vida o por muerte”, como dijo Pablo en Filipenses 1:20. Nosotros no sabemos, pero el Espíritu Santo sabe cuál es la mejor manera en que Cristo sea magnificado en nosotros en medio de nuestras circunstancias, y Él le pide al Padre que lo haga, porque para ello nos ha sido dado: para que el Hijo sea glorificado (Juan 16:14)