
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” Romanos 8:26
Dios orando a Dios, es algo extraño. Para muchos quizá redundante, ¿verdad? Dios es Dios, es decir: Él puede simplemente hacer Su voluntad y ya ¿Por qué complicar las cosas de esta manera? Considerando todo esto preguntémonos también, ¿por qué complicar las cosas creando el universo? ¿Por qué complicar las cosas creando humanos con voluntad? ¿Por qué complicar las cosas creando humanos con corazones en los que mora el Espíritu Santo? Creo que la mejor manera de abordar estas y muchas otras preguntas desconcertantes es reconocer que somos finitos y pequeños y que no sabemos prácticamente nada. Que sin importar cuanto lleguemos a conocer a Dios a través de Su Palabra en esta vida nunca podremos conocerle plenamente, porque ahora vemos oscuramente por un espejo, pero un día le veremos cara a cara y cuando venga lo perfecto todo lo que ahora es en parte se acabará (1 Corintios 13:9, 12).
Dios creó el universo y todo lo que hay en él para mostrar las riquezas de la gloria de Su gracia. Isaías 43:7 “todos los llamados de Mi Nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice”. Efesios 1:6 “para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”. Así que esa es la razón principal para crear el universo tal como fue creado: mostrar la gloria de Su gracia… Por lo tanto, todas las personas deberían vivir de tal modo que llamen la atención hacia la gloria de Dios y la gloria de Su gracia. Tal como dice 1 Corintios 10:31 “Si coméis o bebéis, o hacéis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”. Entonces la obediencia y el servicio del pueblo de Dios lo glorificarán más cuando dependamos consciente y visiblemente de Él para recibir Su gracia y poder para hacer lo que hacemos. “El que ministra, hágalo por el poder que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo” (1 Pedro 4:1) el que da el poder recibe la gloria. Por ello la oración para pedir la ayuda de Dios es una de las maneras en que Dios preserva y manifiesta la dependencia de Su pueblo de Su gracia y poder. La necesidad de la oración es un recordatorio constante para nosotros y para el mundo, de que dependemos de Dios para todo. Dios quiere que reconozcamos cada día nuestra dependencia de Él y la oración es la manera de mantenernos en una íntima y consciente dependencia personal de Dios. Salmo 50:15 “Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás”.
Cuando el Espíritu impulsa y dirige los gemidos de nuestro corazón, el propósito del universo del que hablamos sucede de esta manera: Dios recibe la gloria porque Dios Espíritu crea estos gemidos santos. Dios recibe la gloria porque Dios el Padre lleva a cabo lo que el Espíritu pide. Dios recibe la gloria porque Dios el Hijo compró para los pecadores todas esas bendiciones con Su sangre. Dios recibe la gloria porque nuestros corazones se convierten en el lugar donde sucede toda esta actividad divina. ¿Por qué mi corazón es el lugar de esta acción del Espíritu en relación con Dios Padre? Dios hace de mi corazón el lugar donde el Espíritu Santo me ama, me cuida y despierta en mí estos gemidos para que sean perfectamente entendibles para el Padre y Su voluntad se cumpla perfectamente en mi vida. Cuando te sientas débil, sufriendo, decaído, enfermo, inútil, perseguido, con planes fallidos, aflicciones y decisiones desconcertantes, no te desesperes como si Dios estuviera enojado o se hubiese olvidado de ti. Creo que este es uno de los mayores problemas que tenemos. Las cosas salen mal y nuestra orientación inmediatamente es creer que Dios está enojado con nosotros. Pero Romanos 8:26 nos está diciendo que las circunstancias que te han llevado a gemir lejos de ser un castigo es Dios ayudándote y amándote, porque la gloria de las cosas venideras es mucho más grande que la gloria de las cosas presentes… Dios quiere darte esa gloria por ello el Espíritu Santo está intercediendo por ti.
Es maravilloso que esto suceda, pero muchos no lo ven de este modo. Muchos desean conocer la voluntad secreta de Dios (tal vez esta es la razón que justifica el ministerio de tantos “profetas” en la iglesia de hoy) pero lo que Dios nos ha concedido es un gran don, mucho mejor que saber que pedir es tener a alguien que pida por nosotros lo que más nos conviene. Por tanto, experimenta los gemidos sin palabras de tu corazón como la obra del Espíritu que te ayuda, que ora por ti, y confía en que el Espíritu intercede por ti exactamente de la manera en que necesitas ser ayudado.
Añadir comentario
Comentarios
🙏🙏🙏🙏