Saciados

Publicado el 17 de noviembre de 2024, 4:24

Cuando estamos en necesidad lloramos y preguntamos por qué, y no escatimamos esfuerzos para remediar nuestra necesidad. Pero el hambre y la sed que nos hace bienaventurados es imposible que pueda ser saciada por nosotros mismos, todo esfuerzo humano para saciarla sólo la aumentará. Pero hay Uno que se proclamó a Sí mismo como el agua viva que sacia (Juan 7:37-39) y como el pan que descendió del cielo para dar vida (Juan 6:33-35) Él nos llama, nos ofrece saciar nuestra hambre y nuestra sed. Allí está la buena noticia. Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Gratuitamente, plenamente, constantemente, sin condición alguna. Esta es la salvación tan grande que nos es ofrecida y que no merecemos, pero nos es otorgada gratuitamente y sin tener méritos para poseerla. Puedes venir a Dios sin dinero y sin precio y adquirir de Él lo que tu alma necesita para ser saciada (Isaías 55: 1-2) porque el don de Dios que sacia el hambre y la sed humana es totalmente gratis para nosotros, pero no lo fue para Dios, Él tuvo que pagar el enorme precio de la sangre de Cristo derramada en la cruz del calvario. Este es un don exclusivo de Cristo, no se halla fuera de Él, y está disponible gratuitamente para todos los que tengan hambre y sed, ¿aprecias ese don, lo quieres en realidad?

Los que tienen hambre y sed de justicia son saciados por completo en Cristo. Ya que justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo (Romanos 5:1). El que está en Cristo, ya es una nueva criatura, ya es reconciliado con Dios, ha resucitado como una nueva creación para Dios. Su culpa es quitada, su pecado es perdonado, el que tiene hambre y sed de justicia, encuentra en Él una fuente sin igual de dicha y bien que lo limpia y sacia completamente, halla la preciosa sangre del cordero de Dios que le limpia de todo pecado (1 Juan. 1:7). Los que tienen hambre y sed de justicia, hallan que en Cristo la barrera que los separaba de Dios ha sido quitada (Efesios 2:13-19), y ahora son hijos de Dios, y pueden acercarse confiadamente al trono de la gracia, y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4:16), ahora pueden clamar con profunda seguridad y confianza, “Padre nuestro que estás en los cielos (Mateo 6:9).

Ahora bien, aunque el cristiano es saciado por completo de inmediato una vez cree en Cristo, también es saciado permanentemente mientras depende de Cristo. ¿Cómo sucede? quien tiene hambre y sed de justicia, recibe de Cristo el don del Espíritu Santo, quien comienza a santificar al creyente, y a librarlo progresivamente del poder y de la contaminación del pecado, (Filipenses 2.12-13) Es un proceso que una vez que inicia Dios promete que lo perfeccionará (Filipenses 1:6). El verdadero cristiano es consciente de la obra del Espíritu Santo en su vida, se deleita en Su obra y experimenta regocijo en el hecho de que sus pecados han sido totalmente perdonados. Aunque es saciado, quiere más de esa plenitud porque sabe que es su mayor necesidad, y por ello también intencionalmente evita todo aquello que se opone a la justicia de Dios y que puede embotar su entendimiento espiritual. ¿Estás saciado en Cristo?, ¿o tu hambre y sed no son de justicia?

Oración: Padre en esta mañana levanto mi voz a ti en nombre de tu Amado Hijo Jesucristo para suplicar en Su nombre nos concedas crecer en el conocimiento de ti, concédenos poder para vivir para tu gloria en esa justicia que nos has otorgado en Cristo. Que cada día podamos ser más conscientes de nuestra necesidad de tu justicia perfecta, sin la cual es imposible que podamos vivir una vida justa, así como tú eres justo. Oh Señor gloriosa es tu promesa, sé propicio y sal al encuentro de nuestras almas que claman a ti por causa del hambre y sed de justicia. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 5 meses

Amén 🙏🙏🙏