Justicia verdadera: No matarás

Publicado el 12 de diciembre de 2024, 4:25

Aprendimos que Jesús señaló que aquellos que en verdad lo siguen tendrán un compromiso verdadero con la Ley de Dios tal como Él lo hizo, siguiendo Su ejemplo la amarán y obedecerán. Pero la relación del cristiano con la ley no se circunscribe a obedecerla para ser justificado y salvado por obras, sino que surge en él como un fruto de gratitud por la salvación que por gracia Dios le ha otorgado. El cielo es un lugar para aquellos que tienen una justicia mayor a la de los escribas y fariseos, es decir aquellos que tienen la justicia de Cristo.

En Su interpretación de los mandamientos respecto a la demanda de justicia que posee cada uno de ellos, Jesús inicia con el sexto mandamiento: No matarás, pero antes de adentrarnos en la interpretación del mandamiento es necesario que entendamos que para interpretar correctamente la ley de Dios debemos entender cuál es el verdadero espíritu de la ley, es decir su intencionalidad, los principios que está enseñando para que puedan ser puestos en práctica. Así las cosas, entendamos que los mandamientos de Dios son más que letra, no se trata solo de dar a conocer actos reprensibles. Y este es el punto inicial de la diferencia entre la enseñanza de Jesús y los maestros de la ley que enseñaban en el templo y las sinagogas. Ellos erraban en su enseñanza porque sólo estaban interesados en dar a conocer aquello que era pecado y consideraban que lo importante era no materializar alguno de estos actos. De este modo, para ellos no matar físicamente demostraba obediencia al sexto mandamiento… ellos estaban incapacitados para considerar la voluntad de Dios en su contexto, no podían comprender la verdadera intencionalidad de la Ley de Dios y solo cumplían lo dicho textualmente.

La voluntad de Dios es mucho más que sólo letra, implica principios que trascienden más allá del hecho material, alcanzando los pensamientos, las motivaciones y los deseos del hombre interior que son inmateriales para el ser humano pero que son palpables para Dios. Para Dios es muy importante lo que sucede interiormente en el alma del hombre antes de la ejecución de un acto pecaminoso, Dios ve y reprende el corazón aun cuando a los ojos de los hombres no haya habido transgresión “Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7b). La ley de Dios no es meramente un listado de prohibiciones, sino más bien mandamientos que deben inclinar a nuestro corazón y no solo nuestro cuerpo a hacer y amar aquello que Dios considera buenoOh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8) entender de este modo la Ley de Dios y obedecerla así es lo que nos llevará a experimentar verdaderamente lo que es la buena voluntad de Dios, y nos daremos cuenta que Sus mandamientos no son gravosos, que Su yugo es fácil… y que obedecer a Su voluntad es vivir la verdadera libertad.

Oración: Señor ayúdanos a ver Tú voluntad como algo más que un conjunto de prohibiciones y ordenes, que al examinar mi vida no lo haga como quien revisa una lista de cosas que deben y no deben ser hechas, precioso Espíritu Santo señorea y dirige mi vida a una obediencia que inicie desde el corazón y que no se limite solo a las obras que pueden ser vistas, que yo pueda vivir para honrar y santificar la presencia del Único Dios Verdadero no solo con mis acciones sino también con mis intenciones, pensamientos y deseos. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 5 meses

Amén 🙏🙏🙏