La enfermedad detrás del síntoma

Publicado el 16 de diciembre de 2024, 5:25

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” Mateo 5:27-28

Los maestros de la ley en tiempos de Jesús habían olvidado la unidad de la Palabra de Dios, pareciera que ellos no lo entendieran y es por ello que Jesús manifiesta que “no cometer adulterio” depende de “no codiciarás la mujer de tu prójimo”. Ellos limitaron su visión en cuanto al adulterio y a muchos otros mandamientos al acto físico, y con ello se olvidaban del fondo: esto es el corazón pecador, sin tener en cuenta las motivaciones que se esconden detrás ¿caemos nosotros en el mismo error al estar tranquilos con una santidad basada solamente en la conducta externa sin examinar nuestro corazón? Isaías 1:6 dice “Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” esta es una descripción del pecado como una lepra incurable. No importa qué medidas se tomen para combatir los síntomas, la enfermedad siempre encontrará una manera de manifestarse. Del mismo modo la conducta infiel de una persona casada no es más que la manifestación de la infidelidad en su corazón, es la expresión de la impureza y codicia que minan en el corazón, cosas que Dios aborrece y condena.

El pecado produce engaño, es lo que vemos en los escribas y fariseos y si somos sinceros muy probablemente en nosotros mismos: nos engañamos pensando que si no se materializa no es pecado y fantaseamos con aquello que Dios aborrece. El pecado afecta todo el ser incluso nuestra perspectiva de la vida y esto es delicado porque somos fácilmente engañados o sino pensemos ¿Cuántas veces nos hemos entretenido sin incomodarnos viendo actos pecaminosos a través de las pantallas o a través de medios impresos? Lo hacemos libremente y con ello lo aprobamos, y aun así nos creemos libre de culpa al hacerlo, pero no es eso lo que nos Dios dice: “…habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican (Romanos 1:32) tan terrible como es el hacerlo también lo es el complacernos al ver que otros lo hacen, el pecado que no es mortificado pronto nos sumirá en una mente reprobada.

El pecado no solo engaña, sino que lleva a toda clase de perversión. Y esa es la razón por la que Cristo es tan radical al decir: “Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infiernoel pecado convierte lo que es bueno en malo, a fin de destruir al ser humano y llevarlo al infierno. Si es así ¿Qué debemos hacer con el pecado?

Oración: Señor, Tú no nos haces un llamado a la automutilación, porque no es así como podremos vencer el pecado. Tú nos llamas a tomar acciones serias y costosas para nuestra carne para matar el pecado. Oh Señor concédeme la gracia para no olvidar que de ti he recibido todo lo que necesito para poder hacerlo, que no hace falta nada por hacer porque lo que era imposible ya Tú lo has hecho. Que yo pueda con el poder que Tú me has dado no sólo mortificar sino echar completamente el pecado de mi vida. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 5 meses

Amén 🙏🙏🙏