Jesús y el divorcio

Publicado el 19 de diciembre de 2024, 4:09

También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” Mateo 5:31-32

Al enseñar el verdadero sentido de la ley de Dios Jesús pone en evidencia como los escribas y fariseos no sólo la habían malinterpretado, sino que incluso enseñaban al pueblo a violarla. Él hablará ahora de un tema polémico en Sus días y también en los nuestros, este es un tema complicado de abordar por causa de la dureza del corazón que es ocasionada por la corrupción del mundo. Pero el Señor ha dicho que Sus ovejas sin importar que, oirán Su voz, y quiera Dios concedernos este y cada día de lo porvenir oídos que oigan y corazón que entienda.

Lo primero que aclararemos es que la ley mosaica no relaciona el adulterio con el divorcio, ya que la consecuencia del adulterio era la muerte por lapidación de los adúlteros (hombre y mujer) de hecho, la ley no hace mención del divorcio ¿Cómo entonces el divorcio llegó a ser una práctica común en el pueblo de Dios? Dios sacó a Israel de Egipto para restaurar en ellos la imagen de Dios, la razón de todos los mandamientos y prácticas del pueblo judío como nación apuntaban a hacerles un pueblo singular entre los otros pueblos, que ellos fuesen la imagen de Dios a las demás naciones… pero una vez más el ser humano fracasó en este propósito. Para los Israelitas no era bueno ser distintos, ellos querían ser iguales a las demás naciones y poco a poco fueron introduciendo prácticas y modos de vidas de las otras naciones. La cultura que les rodeaba menospreciaba a la mujer al punto de que si un hombre despreciaba a su esposa esta mujer quedaría completamente desprotegida… esto se afianzó tanto, que fue necesario de algo que trajera un poco de orden e incluso un poco de gracia para aquella mujer rechazada. Es así como la legislación civil dada por Dios a través de Moisés limitaba y controlaba la práctica del divorcio, más nunca fue ordenado como un mandamiento (Deuteronomio 24:1-4) Aunque el divorcio dañaba espiritualmente también al hombre, socialmente era la mujer la que más daño sufría, por ello Dios lo reguló de este modo

Lo que Jesús hace es denunciar que la falsa enseñanza de los escribas y fariseos no sólo estaba estimulando el divorcio, sino que además estaba promoviendo el adulterio. Al torcer las Escrituras ellos interpretaron las instrucciones para el divorcio como un mandamiento… para ellos era tan sencillo como que: si un hombre se quería divorciar solo tenía que entregar la carta de divorcio a su esposa y despedirla. No enseñaban lo que realmente Dios mandaba, no enseñaban que Dios aborrece el divorcio (Malaquías 2:16). Para ellos era lícito que el hombre repudiara a su mujer por cualquier cosa, usando cualquier pretexto como una impureza, cuando detrás de esto no estaba sino el deseo lujurioso por otra mujer. Para Dios tal como lo dijo Cristo el divorcio no es más que la manifestación del corazón duro del ser humano (Mateo 19:3) que rápidamente desecha el diseño de Dios para el matrimonio.

Oración: Oh Señor ayúdanos a tener en alta estima aquello que tú nos mandas para ser un pueblo especial para ti, límpianos de toda maldad para que no haya sobre nosotros ningún velo que impida que tu imagen se muestre a través de nuestras vidas. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 4 meses

Amén 🙏🙏🙏