¿Qué dice Jesús del divorcio?

“… yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio” Mateo 5:32

Jesús tiene en mente el diseño de Dios para el matrimonio, Dios ha determinado que el matrimonio sea una unión indisoluble tal como fue anunciado en los días de la creación del ser humano (Génesis 2:24) pero como consecuencia de la dureza del corazón del hombre, es decir el pecado en el hombre puede corromperle tanto que incluso puede romper esta unión de “una sola carne” a través de un sinnúmero de conductas sexuales pecaminosas (adulterio, homosexualidad, incesto, etc.) sólo en tales casos existe una causa legitima para el divorcio, pero a pesar de ello Cristo no está ordenando divorciarse así como tampoco la ley lo ordenaba.

Para la sociedad de nuestros días el matrimonio es sólo un contrato que puede ser disuelto en cualquier momento si alguna de las partes no se siente satisfechas con los rendimientos que está teniendo de la sociedad conyugal, es decir: si hay incompatibilidad de carácter, si no se “siente” lo mismo, si he descubierto cosas que no me agradan, si creo que pude haber hecho una mejor elección… etc. Todo esto al punto de que unirse libremente o mantener una relación abierta es la normalidad de nuestros días, porque esto facilita la separación y posterior unión con otra pareja las veces que se quiera, sin asumir compromiso alguno delante de Dios y los hombres ¿Pero es así como Dios lo ve? ¿Por qué para Dios es tan importante que la unión en el matrimonio sea indisoluble? El matrimonio es la única relación humana que Dios usa para ejemplificar la unión de Cristo con Su Iglesia (Efesios 5:21-32) Cristo nunca deja a Su iglesia, nunca la repudia y nunca le es infiel aún si ella lo hace, Él permanece fiel y procura la restauración. Dios espera que como pueblo Suyo sea de este modo que nosotros veamos el matrimonio ¿estoy dispuesto a morir a mí mismo para que mi matrimonio refleje el amor y la unión de Cristo y Su Iglesia? Amada Iglesia Dios aborrece el repudio (el divorcio) atentar contra la unión indisoluble del matrimonio es atentar contra nuestra pureza y la de nuestro prójimo porque promueve el adulterio, si queremos tener una verdadera justicia en esta área permitamos que la Palabra de Dios derribe todo argumento contrario y creamos a Dios respecto a lo que Él ha dicho acerca del matrimonio y el divorcio.

Por último: casados es la voluntad de Dios que amen a su conyugue como un regalo que Dios les ha dado, y la maravillosa gracia de ser el reflejo de la unión de Cristo con Su iglesia… Cristo no reniega de Su iglesia (Él no la ve fea, vieja o buena para nada) antes Él se dio a Si mismo para santificarla. Así mismo la iglesia no puede ver a Cristo como alguien indigno de sujeción pues puede ver Su gracia y amor al sustentarle… esposos ni siquiera consideren el divorcio, antes consideren la gracia de Dios que les mantiene unidos… cada día corran a Cristo para que Él los ayude a permanecer juntos con Su gracia.

Solteros no entren en el matrimonio con la perspectiva de que “si no funciona nos separamos y ya” porque una vez unidos, delante de Dios esa unión se rompe sólo con la muerte. Miren a Cristo y propónganse honrar sólo a Cristo y sólo así podrán consolidar un matrimonio que glorifique a Dios. Si la voluntad de Dios te ha llevado a ser soltero bien sea porque has enviudado, pide al Señor Su gracia para mantenerte puro en tu estado y si es Su voluntad que no te cases que Él te conceda Su gracia para permanecer unido a Cristo, gozoso en Él y sirviéndole a Él… ayudando a los que están casados o se van a casar para que comprendan lo que significa el matrimonio y honren a Dios por medio de este como es debido.

A quienes han experimentado la dolorosa experiencia del divorcio, en la cruz de Cristo hay perdón, restauración y transformación. Dios puede perdonar nuestro pecado de romper el pacto matrimonial, si ya no puedes cambiar tu situación, Dios es abundante en perdonar. Reconoce tu pecado y mira Cristo, ahí Él murió para perdonarte y limpiarte de toda maldad, si Su gracia te ha permitido empezar un nuevo hogar, atiende a Su instrucción respecto al matrimonio y hónrale rindiendo tu vida al propósito por el cual Dios nos hace uno.

Si tú has caído en fornicación, adulterio o cualquier acto de infidelidad conyugal, la bondad de Dios puede obrar en ti para llevarte al arrepentimiento y limpiarte de toda maldad, Su gracia es poderosa para restaurar tu corazón y tu relación matrimonial. Pero si tú estás del otro lado, si has sido víctima de la infidelidad de tu conyugue, Dios puede hacer cosa nueva en tu matrimonio, la gracia de Dios es poderosa para perdonar nuestros pecados y para llevarnos a perdonar también a otros, y si bien es cierto que tienes derecho a divorciarte y “rehacer” tú vida al lado de otra persona, el deseo de Dios es que en nosotros haya el mismo sentir que hubo en Cristo que no se aferró a lo que era Su derecho sino que hizo todo aún lado para apuntarle a un propósito mayor: hacer la voluntad del Padre. Fue por causa de ese sentir que hoy tenemos la posibilidad de ser perdonados y de ser restaurados para ser la imagen de Dios a quienes no le conocen. Él también puede restaurar tu relación matrimonial.

Oración: Oh Señor ayúdanos a hacer tu voluntad, sin importar en qué estado civil nos encontremos, Oh Señor trae convicción de pecado y arrepentimiento a nuestros corazones, restáuranos y guíanos respecto a cómo esperas Tú que te glorifiquemos en el estado que estamos. Derriba todo argumento contrario y danos la libertad de hacer lo que es Tú voluntad, Oh Señor que el deseo de defender un derecho no nos prive de hacer tu voluntad y comer el bien que tu ofreces a quienes la hacen. Amén