
Se ha hecho muy común escuchar a muchos hablar falsamente en nombre de Dios, ellos dicen “así te dice el Señor”, pero Dios no los ha mandado, lo que ellos están haciendo es usar el nombre de Dios en vano porque hablan mentiras en Su nombre, porque no dan honor a Su nombre y además de esto enseñan a los que les oyen a no temer a Dios… su deseo pecaminoso lleno de avaricia y mentira les lleva a olvidar que Dios no tomará por inocente a ninguno que tome Su nombre en vano tal como nos lo dice el tercer mandamiento. Nuestros días también se caracterizan por el hecho de que muchos aún persisten en enseñar lo falso como si fuese verdadero, y lo triste es que muchos escuchan, creen y siguen el error… pero también el juicio de Dios está sobre estos, porque han quebrantado el noveno mandamiento al hablar mentira a su prójimo, esto es abominable ante el Señor porque la avaricia de aquellos falsos maestros está llevando a que aquellos que atienden a sus mentiras se olviden del Único Dios Verdadero porque les llevan tras un dios creado a imagen de ellos (Jeremías 23:25-33)
El Señor Jesucristo les dijo: a ustedes se les había enseñado así… “pero yo os digo: No juréis en ninguna manera”, “sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede (o procede del diablo)”. Y con estas palabras Cristo nos está ordenando que reflejemos al Dios de verdad. Si Dios mismo nos ha limpiado, si nuestros corazones han sido purificados entonces debemos mostrar la imagen del Único Dios Verdadero siendo veraces en lo que somos, decimos y hacemos porque tal como dijo Cristo es “de la abundancia del corazón que habla la boca” ¿puede entonces un corazón que está lleno de verdad hablar mentiras o andar en hipocresía? Iglesia los que han lavado sus ropas en la sangre del Cordero están llamados a andar como hijos amados de Dios y Él es verás, fiel y verdadero. Estamos llamados a ser gente confiable, que no necesita afianzar su palabra recurriendo a juramentos porque nadie pone en duda lo que dices. No estamos obligados a mostrar una imagen distinta a lo que en verdad somos, no estamos obligados a quedar bien con los demás y por ello decirles mentiras o tratarlos con hipocresía… nuestro llamado y deber es a agradar a nuestro Dios como siervos Suyos, como cristianos, gente sobre la cual el nombre de Dios es invocado (Gálatas 1:10).
Al igual que Cristo quizá haya algún momento en que debamos responder con un juramento, por ejemplo, si somos llamados a declarar ante un juzgado bajo la gravedad de juramento, debemos entonces hacerlo como Dios ordenó: con verdad y honrando Su presencia. También al hacer votos matrimoniales, votos de consagración al ministerio (si hemos empeñado nuestra palabra) debemos tener una verdadera disposición de cumplir aquello que hemos prometido confiando plenamente en la gracia que se nos ha dado en Cristo, porque por causa de esa gracia no sólo podemos hablar con verdad también podemos permanecer y andar en verdad. La exhortación de Cristo es que evitemos todo juramento impertinente, innecesario e hipócrita cuya intención sea impresionar o sazonar nuestra conversación.
Oración: Amado Dios damos gracias por todo lo que en Cristo ya nos has dado, ayúdanos a andar en verdad y a no vivir en falsas apariencias. Tal vez podamos engañar a los hombres, pero Tú no puedes ser burlado. Haz lo que sea necesario para que aprendamos a hablar verdad con nuestro prójimo como Tú nos mandas, que aprendamos a ser veraces en toda nuestra manera de vivir siguiendo el ejemplo de Aquel que es nuestro molde, Cristo Jesús. Amén
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