
“para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” Mateo 5:45
El amor egoísta que sólo busca lo suyo que aprendimos del mundo pecador no puede cumplir con el mandamiento de amar al prójimo tal como lo interpretó Jesús, tampoco lo puede hacer el amor idealista de las novelas o las falsas ideologías de pacificación y tolerancia que vende el pensamiento izquierdista que no son más una caricatura de lo que es el verdadero amor. Sólo el amor genuino, el amor del que Juan testifica al decir: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16) sólo con este amor es posible amar al prójimo tal como exige la verdadera justicia.
Cristo ilustra que el amor de Dios no acostumbra a dar buenas dádivas sólo a los que son creyentes y se esfuerzan por vivir para gloria Suya. Él demuestra Su cuidado y amor para con toda Su creación, de otro modo sería posible que alguien pudiera argumentar que nunca ha visto evidencia del amor de Dios, y la Palabra dice que TODOS somos inexcusables porque si no llegamos a creer no es por falta de evidencia de la existencia de Dios y de Su amor hacia nosotros, ninguno hay que pueda desconocer los beneficios que Dios trae a nosotros por medio de la naturaleza que Él creó (Romanos 1:20). Dios Padre procura el bien de todos, el salmista dice: “la tierra está llena de Tus beneficios” (Salmo 104:24) todos podemos disfrutar de estos beneficios, Dios no los ha hecho exclusivos solo para una parte de nosotros… lo que si es cierto es que no todos reconocemos ese amor y cuidado del Padre, especialmente al entregar a Su Unigénito Hijo dado por todo el mundo para ofrecer vida eterna. Aquellos que han sido redimidos pueden hacerlo, y no sólo esto también pueden amar y servir al prójimo que no lo merece del mismo modo en que fueron amados por Dios cuando aún eran Sus enemigos.
Sólo este amor, el amor de Dios puede capacitarnos para amar de modo que podamos cumplir lo que la justicia verdadera declarada por Cristo nos demanda. A menos que seamos nacido de nuevo y tengamos el Espíritu Santo no podremos amar como ama el Padre porque sólo el nuevo nacimiento nos hace hijos Suyos (Juan 1:12 ; 3:3) es imposible que podamos dar de lo que no hay en nosotros, es imposible amar a nuestros enemigos si aún no hemos entendido que sin Cristo ante Dios somos Sus enemigos y que sin Cristo solo merecemos la ira y condenación eterna, pero por causa del gran amor con el cual el Padre nos amó en Cristo tal como dice Pablo en Romanos 5:1-11 hemos recibido misericordia que no merecemos sin la ira que sí merecemos. Como ves, no es en nuestra fuerza o capacidad natural que lograremos amar y servir a esos conyugues difíciles de soportar, a aquellos hijos contumaces y desobedientes, a aquellos jefes insufribles, a aquellos vecinos que intencionalmente se levantan contra nosotros o a cualquiera que no es sincero en palabras y acciones con nosotros… Sólo Dios puede capacitarnos para amar, al enseñarnos y permitirnos comprender la grandeza de Su amor en Cristo. A Él sea la gloria, la honra, la alabanza y la exaltación por los siglos de los siglos. Amén
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Amén 🙏🙏🙏