Apuntando a una gloria más grande

Publicado el 30 de diciembre de 2024, 5:48

“Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos” Mateo 6:1

Una vida verdaderamente piadosa es una vida que busca la gloria de Dios y no la de los hombres, es una vida cuya finalidad principal es glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre. Nuestro honor, reputación, autoestima y aún nuestro nombre no son lo más importantelo que mueve a una vida piadosa es el honor, el buen nombre, la fama de nuestro Dios. Por ello Cristo dice “Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa” (Mateo 6:2) en otras palabras, práctica la piedad, pero hazlo sin hacer publicidad a tus “buenas obras”. Algunos en tiempos de Jesús acostumbraban a hacer sonar una trompeta para convocar a personas necesitadas y entregarles donativos, parecía que lo hacían para que la gente se enterara, pero Cristo deja ver que la verdadera intención era que los hombres vieran y les alabaran por su “bondad” que los hombres quedaran impresionados por su “generosidad” lo que ellos estaban haciendo era satisfacer su orgullo, ellos estaban comprando para sí mismos complacencia y por ello estas “buenas obras” no podían en ningún modo impresionar o complacer a Dios. Así también sucede en nuestros días, tristemente las “buenas obras” de muchos son un instrumento para alcanzar popularidad y buena imagen en las comunidades (casi siempre con fines políticos). Son obras vacías y sin trascendencia eterna… son como heno, madera y hojarasca que al ser probadas con el fuego de Dios no queda nada (1 Corintios 3:12). Un cristiano debe tener buenas obras, pero no con la intención de una recompensa temporal o el reconocimiento de los hombres, un cristiano busca que Dios sea exaltado y que aquellos que se están beneficiando reconozcan que es Dios quien les ha ayudado y exalten al Señor.

Entonces quienes son piadosos verdaderamente buscan la gloria de Dios no la de los hombres, no publicitan sus “buenas obras” y tampoco se alaban a sí mismos por ello. Dios respalda la labor de nuestras manos y por medio de ello nos da provisión para que nosotros mismos seamos un instrumento de Dios para llevar provisión a otros que a pesar de sus esfuerzos aún tienen necesidad de ayuda (Éxodo 23: 10-11) de ese modo la gloria y la alabanza son para Él y no para nosotros. Es por ello que Cristo aclara: “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto” (Mateo 6:3-4a) no necesitas llevar la cuenta de cuanto has dado (dinero, tiempo, compañía, ayuda… etc.) si en verdad lo hemos hecho para Dios no deberíamos recordarlo como algo que compromete a las personas con nosotros en el futuro. Si la gloria es para Dios no tienes por qué sentirte bien contigo mismo, y mucho menos apesadumbrarte si la persona no es agradecida contigo. Porque cuando servimos a nuestro prójimo si lo hacemos para la gloria de Dios estamos sirviendo a Cristo mismo (Mateo 25:34-40) ¿Está Cristo obligado a retribuir tu servicio? ¿No es tu deuda con Él mucho más grande? Si, nuestra deuda es más grande, pero a pesar de ello nos atrevemos a pensar que porque hemos hecho lo bueno Dios está obligado a retribuirnos. Oh Señor perdona nuestra maldad. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 4 meses

Amén 🙏🙏🙏