
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino” Mateo 6:9-10a
Sólo hay un modo en que el nombre de Dios sea santificado y este es que Su reino se extienda, es decir que el gobierno de Dios se extienda cada vez más en la vida de Su pueblo y que Su pueblo se vaya extendiendo cada vez más por todo el mundo. A pesar de que Dios siempre ha sido Dios, y que Él siempre ha gobernado incluso sobre quienes no le temen. Cuando pedimos venga tu reino no lo hacemos porque haya instancias sobre las que Él no gobierne, sino porque anhelamos que ese gobierno sea más visible en Su pueblo y en todo el mundo.
Esto demanda esencialmente que Su ley sea conocida, reverenciada y obedecida. Que Su Palabra gobierne cada aspecto de la vida de aquellos que han sido creados a Su imagen y semejanza. Venga tu reino es un ruego por justicia verdadera en nuestras vidas, y un ruego por esa paz que sólo el gobierno de Dios puede traer al corazón del ser humano… ese fue el centro del mensaje de nuestro Señor Jesucristo. Pero ¿Cómo podemos pedir algo con lo que no estamos dispuestos a comprometernos? ¿Acaso no es más que evidente que muchos que se proclaman a sí mismos pueblo de Dios quieren reinar sobre ellos mismos sin la ley y sin el gobierno de Dios? Indaga en lo profundo de tu ser en esta hora ¿Quién te gobierna: tus malos deseos, tus pasiones pecaminosas, tu manera particular de ver la vida y que no se fundamenta en lo que dice la Escritura? Oh amada Iglesia, venga tu reino debe salir del corazón, es mucho más que un formalismo en la oración, debe ser un deseo sincero.
Nos llamamos a nosotros mismos hijos de Dios, nos proclamamos Su pueblo y cuando Dios mira nuestras vidas solo puede preguntarse “Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor?” (Malaquías 1:6b) ¿en verdad deseas que Dios reine en tu corazón cada día más, y que cada día más Cristo crezca y tu mengües, de tal modo que lo que vivas en tu carne lo vivas en la fe de Aquel que te amo y se entregó a Sí mismo por ti? ¿anhelas esta realidad también para tus familiares, amigos y conocidos? Si es así, entonces clama con todo tu corazón “venga tu reino”. Oh Señor limpia a Tu iglesia para que lleve más fruto para tu gloria, que como pámpanos estemos en total dependencia de ti de tal manera que mi vida pueda ser esa luz que anuncia las virtudes de Aquel que me rescató de las tinieblas. Iglesia… que antes de pedir que Dios te provea, te sane o te ayude puedas suplicar que Su gobierno te transforme cada día más a la semejanza de Cristo.
Venga tu Reino también es decir “Ven, si ven pronto Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20) para que sea el tiempo en que toda rodilla se doble y toda lengua confiese que Tú eres Dios (Romanos 14:11). Para que ya no haya más pecado ni maldad, ni muerte, ni dolor o enfermedad. Entre tanto esto no se haya dado debemos aún seguir orando con genuino deseo “venga Tu reino”
Oración: Oh Señor la creación gime anhelando la manifestación gloriosa de Tu poder y Tu gloria, enciende oh Señor nuestras almas con un vivo deseo por ti y por la llegada de ese momento en que por fin toda rodilla se doble delante de ti y toda lengua confiese que Tú eres Señor… limpia y perfecciona mi vida para que llegado ese momento haya confianza en mi corazón, para que en Tu venida no me aleje avergonzado. Antes que pueda ser halado por ti como uno que en todo momento procura presentarse ante ti como un obrero aprobado que no tiene de que avergonzarse. Amén
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Amén 🙏🙏🙏