
Las peticiones iniciales del Padre nuestro que Jesús enseñó, están dirigidas a Dios en profunda y reverente adoración. Cómo creyentes lo mínimo que deberíamos pedir deberían ser esas tres peticiones, lastimosamente muchos creyentes tienen oraciones cargadas de peticiones entre las cuales no se cuenta: santificado sea Tu nombre, venga tu reino y mucho menos hágase Tu voluntad. Afortunadamente Dios no es como nosotros, y en el Padre nuestro nosotros tenemos un modelo de lo que es una oración que a los ojos de Dios es completa, una oración que incluye todo lo que necesitamos para estar bien. Respecto a esto, debemos decir que nuestro concepto de necesidad está muy distorsionado por causa todo el bombardeo publicitario que nos vende una innumerable lista de cosas que no necesitamos, pero Dios que si sabe de qué tenemos necesidad, nos entrega por medio de Cristo esta oración para enseñarnos a pedir por aquello que en verdad es necesario.
Las peticiones de segundo nivel inician con “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11) con esta petición Jesús nos enseña a pedir por nuestra vida física con moderación y humildad. No necesitamos la provisión de una semana, un mes o un año, lo que realmente necesitamos es la provisión de cada día, de manera que día a día podamos glorificar a nuestro Dios “Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; no me des pobreza ni riquezas; mantenme del pan necesario; no sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que, siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios” (Proverbios 30:8-9). Si bien es cierto que debemos ser esforzados en trabajar para tener la provisión necesaria, finalmente detrás de nuestro esfuerzo siempre encontraremos a Dios, es Él quien sin importar cuanto tengamos nos puede dar seguridad y descanso y sobretodo es Él quien nos puede dar la capacidad de disfrutar del fruto de nuestro trabajo. “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” es un ruego, pero también es una declaración de confianza y dependencia fundamentada en la verdad irrefutable de que es Su presencia y respaldo lo que en verdad hace la diferencia tal como dice el Salmo 127:2 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a Su amado dará Dios el sueño”
Pedir a Dios el pan cotidiano implica estar dispuestos a trabajar “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2 Tesalonicenses 2:10) Dios espera ver en todos nosotros sin importar la edad un esfuerzo, ahora no todos tendremos un empleo por fuera del hogar, pero ciertamente en un hogar todos podemos contribuir con nuestro trabajo… y esto incluye a nuestros hijos sobretodo en este tiempo de alto consumismo en el que se está levantando una generación que sólo exige y no está dispuesta a contribuir de ningún modo en el hogar. Los padres no están obligados a dar todo lo que los hijos demandan, es perjudicial criarles de este modo porque la vida real no es así. Debemos prepararlos para la vida, y la vida no se trata de solo derechos también existen deberes, si yo no cumplo con mi deber estoy vulnerando el derecho de otra persona y esto es un grave problema social.
Entonces trabaja confiando en la bendición de Dios, pero no lo hagas contemplando solamente cuanto disfrutaras de la obra de tus manos, cuando ese esfuerzo se materialice disfruta, pero no te olvides de aquellos que a pesar de sus esfuerzos aún tienen necesidades y si puedes contribuir tú mismo estarás siendo un medio a través del cual tu prójimo ve la respuesta a su oración por la provisión de cada día.
Oración: Señor damos gracias porque ciertamente Tú nos das más de lo que merecemos, nosotros oh Señor nada merecemos de ti, sin embargo, Tú suples todas nuestras necesidades y nos das mucho más que eso. Danos un corazón que confía y depende totalmente de Ti, un corazón que clama ante Ti creyendo que tu responderás y cuando ello suceda oh Señor yo también pueda estar dispuesto compartir con mi prójimo que está en necesidad de tal manera que mi generosidad honre la misericordia que Tú has tenido para conmigo, Señor guarda mi corazón de la avaricia y el egoísmo. Enséñame a dar como Tu das. Amén
Añadir comentario
Comentarios