No nos metas en tentación… sino líbranos del mal

Cuando pensamos en una vida verdaderamente piadosa debemos saber que no es posible vivirla sino no somos conscientes en TODO momento de la presencia de Dios, TODO el tiempo estamos en presencia del Único Dios Verdadero y si nosotros le reconocemos a Él como nuestro Señor es necesario que en todo momento honremos Su presencia con nuestra manera de pensar, hablar y actuar, es vivir como dijo Pablo en Romanos 12:1 nuestro culto racional debe ser presentarnos en todo momento a Dios como un sacrificio vivo, santo… agradable a Dios.

Un componente importante en la práctica de la piedad es la oración, y es por ello que en Su sermón más conocido el Señor Jesús nos enseña cómo está estructurada una oración que es completa y acorde a como Dios espera que Su pueblo se acerque a Él. Hoy nos centraremos en la sexta petición del Padre nuestro “Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal” (Mateo 6: 13a) esta petición es más una confesión de nuestra fragilidad y debilidad. Después de rogar para que Dios perdone aquellas deudas que se cargan a nuestra cuenta siempre que dejamos de amar a Dios con todo el corazón y por encima de todas las cosas (independientemente de cómo se materialice: mentira, robo, adulterio, chisme, homicidio, avaricia, egoísmo, orgullo, amargura… etc.) es necesario que roguemos al Señor “no nos dejes caer” o dicho de otra manera, no permitas que vuelva a pecar contra ti, guárdame de situaciones en las que pueda ser tentado a hacer lo malo delante de Tus ojos que están siempre sobre mí, que sin importar lo que el pecado me ofrezca mi fe en lo que Tú has prometido prevalezca por encima de las promesas del pecado. Que mi naturaleza pecaminosa no me lleve lejos de ti, de Tu voluntad revelada, de Tu justicia y santidad, de Tu gracia y bondad.

Iglesia no olvides que vivimos rodeados de un mundo que odia a Dios, de gente cuyos pensamientos y deseos contrarios a la voluntad revelada de Dios constituyen para nosotros una trampa… y Dios en Su providencia puede permitir situaciones que humillen nuestro orgullo, pero intencionadas también a que aprendamos a confiar más en Él. De modo que, al no conocer de antemano cual sea la voluntad de Dios debemos también pedir “… más líbranos del mal” oh Señor rescátanos del maligno, de sus trampas y de su maldad. No permitas que el diablo que nos aborrece y desea nuestro mal pueda engañarnos con sus mentiras (Juan 10:10) guárdanos Señor de la astucia con la que él examina nuestras vidas, fortalece mi corazón no para confiar en mí mismo sino para depender de Ti, no para buscar mi deleite sino para buscar Tu gloria en toda decisión que deba tomar en la cotidianidad de mis días. Mantenme y mantén a Tu Iglesia permaneciendo en Ti, por ello amado Padre celestial “no nos metas en tentación, más líbranos del mal” Amén