
“porque Tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén” (Mateo 6:13b)
Sin importar cuán difícil sea la situación, Cristo nos ha enseñado a llegar a la presencia del Padre celestial reconociendo Su grandeza, pero también a finalizar nuestros encuentros con Él adorando Su majestad y grandeza porque Él es digno de toda esta adoración. Él es el que ordena todas las cosas para Su gloria y para bien de Su pueblo (Romanos 8:28) es en Su mano en la que están nuestros tiempos (Salmo 31:15) sin importar que nuestros enemigos (el mundo, el diablo y la carne) se levanten contra nosotros, no son ellos los que reinan y tienen la última palabra en nuestras vidas, es nuestro Padre celestial el que reina, y sólo de Él es el reino por todos los siglos…. Iglesia no nos vayamos de Su presencia sin adorar Su majestad y poder, sin proclamar nuestra confianza en Su soberanía.
Él puede librarnos del tentador porque el poder es Suyo, Él puede rescatar del hoyo nuestras vidas, Él puede guardarnos de las trampas del pecado… TODAS las cosas son posibles para Él por ello con confianza podemos finalizar nuestras oraciones adorando Su gran poder, confiando en que Él hará conforme a Su gran bondad y poder. Nuestro buen Dios, al cual santificamos en adoración al comenzar toda oración, ese que es apartado de todo mal y pecado, es digno de que al concluir toda oración nuevamente le adoremos y exaltemos por todas Sus perfecciones, por lo que Él es y por todo lo que Él hace, tal como lo hizo Cristo: “porque Tuya es la gloria por todos los siglos” Iglesia el centro de toda oración no somos nosotros ni nuestras circunstancias, no son nuestras necesidades ni nuestros pecados o tentaciones, el centro de toda oración es Dios y Su gloria. Suplicamos Su ayuda en todas nuestras necesidades físicas y espirituales, pero el propósito de la oración no es esto, sino que nuestras necesidades físicas y espirituales nos lleven a rendirnos ante nuestro Padre celestial, ante Aquel que es lleno de gloria y majestad. La oración es un medio de gracia que nos ha sido dado para que entreguemos todo al Señor, para que nos deleitemos en Él con todo nuestro corazón, teniendo la certeza de que indefectiblemente Él hará todo lo que se ha propuesto, y que en Su voluntad no hay error o deficiencia, Su voluntad sin importar que no sea lo que deseamos no tiene error y tampoco puede ser mejorada, Su voluntad es buena, agradable y perfecta.
Una vida verdaderamente piadosa implica la práctica constante de la oración. La oración que es acorde a la voluntad de Dios es aquella que usa las circunstancias temporales sin enfocarse en el hombre, sino en Dios. No busca complacer al hombre, sino que persigue exclusivamente la gloria de Dios. En el Padre nuestro, tenemos un modelo de una oración que abarca en su estructura todo lo necesario para que esta sea agradable a nuestro Padre que está en los cielos y que en lo secreto discierne las intenciones del corazón y nos ha sido dado para ser tenido en cuenta siempre que oremos.
Oración: Señor ayúdanos a orar como Tú quieres, obra por medio de Tu Palabra en nuestros corazones de tal manera que para nosotros el vivir seas Tú y Tu gloria. Obra en mi vida para que cada vez sea más consciente de que todo el tiempo estoy en Tu presencia y que al vivir yo pueda hacerlo con la justicia a la que Tú me has llamado. Amén
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Amén 🙏🙏🙏