¿Dónde has puesto tu corazón?

Publicado el 16 de enero de 2025, 5:20

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón” Mateo 6:19-21

Hemos aprendido que una vida verdaderamente piadosa es una vida que se vive honrando la presencia de Dios, es decir viviendo la cotidianidad de nuestros días presentándonos en todo momento como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios… Pero toda esta vida devocional debemos vivirla en este mundo, en medio de una generación maligna y perversa para la que hemos sido llamados a resplandecer como luminares del mundo y a vivir como sal de la tierra (Filipenses 2:14-16) Es imposible practicar la piedad alejados de la sociedad, sino en medio de ella. Por ello velamos en oración suplicando “no nos metas en tentación” porque estamos rodeados de ella en maneras grotescamente visibles y otras sutiles e inadvertidas que incluso pudieran ser vistas como bendiciones que sin darnos cuenta nos envuelven en problemas, tensiones, preocupaciones y presiones. En esto precisamente se enfoca ahora el Señor en Su sermón, el pasaje con el que iniciamos debe llevarnos a nosotros a pensar seriamente ¿Dónde está mi corazón? Entendiendo corazón como lo que somos como persona: nuestros afectos, pensamientos y decisiones. ¿Está tu corazón en la tierra? La exhortación de Jesús al respecto es a que no dediquemos nuestra vida y esfuerzos a acumular riquezas y comodidades terrenales como un fin porque es absurdo, más cuando hemos sido rescatados de nuestra mala manera de vivir, cuando hemos sido objetos de la gracia de Dios y hemos sido llamados a vivir una vida piadosa… vivir para obtener cosas temporales no debe ser nuestro propósito de vida.

El mundo debemos entenderlo como aquella vida que es vivida sin Dios no porque no se tenga conocimiento de Él sino más bien porque no se le conoce a Él y no se ha obedecido a Su evangelio, es una cosmovisión de manifiesta rebelión y oposición a Dios. En medio de esa generación viven aquellos que han recibido la verdadera paz que viene de Dios al ser justificados por Cristo, los bienaventurados que viven para que otros tengan también esa paz y por ello son llamados pacificadores (Mateo 5:9) si ese es nuestro propósito de vida no podemos compartir y vivir conforme a la perspectiva de un mundo que aborrece a Dios, un mundo que ridiculiza y deshonra a Dios y a Su obra. No podemos compartir la misma actitud hacia la riqueza que tienen los que no han nacido de nuevo… caer en ello nos llevará a estar apegados a bienes temporales, nos llevará a depender de ello para experimentar seguridad y bienestar antes que depender de Cristo que es la Vid verdadera y eso es idolatría.

Es absurdo apegarnos al punto de incluso depender de bienes temporales que son susceptibles a corromperse o a perderse, dice Santiago en su epístola para quien vive así al final sus riquezas enmohecidas darán testimonio contra él (Santiago 5:3) ¿Es sensato empeñar tu esfuerzo y vida en bienes temporales que un día perecerán? ¿Las cosas y personas a las que te has apegado por encima de Dios te seguirán después de que mueras? Esta parte del sermón de Jesús es una advertencia, ten cuidado nos dice Él, no caigas en esa trampa. Pero Iglesia no te vayas al otro extremo, porque el llamado de Cristo no es a la negligencia. Él quiere, de hecho, Él demanda que trabajemos y procuremos nuestro bienestar y el de los demás, sin perder de vista el valor de lo que poseemos en correcta proporción. Que no nos enemistemos entre nosotros o nos alejemos de Dios por conseguir “nuestra casita”, un carro o cualquier otra cosa. Que no dejemos de cultivar lo que en verdad es eterno por obtener cosas que sólo se limitan a esta vida terrenal que un día terminará. Si Dios te da la capacidad de tener más que otros, procura que sea no sólo para beneficiarte a ti mismo… honra a Dios siendo generoso y piadoso (1 Timoteo 6:17-19). Iglesia es absurdo colocar nuestra confianza y esfuerzo en construir una riqueza mundana que es pasajera y efímera y que jamás podrá satisfacernos plenamente, que al final será causa de fastidio por lo vacía y espiritualmente inútil que es, tal como aconteció con Salomón (Eclesiastés 12:9-14) que al final pudo lamentarse y volverse a Dios…. Pero no fue esto lo que sucedió con el rico, él se dio cuenta de la inutilidad de los bienes temporales cuando ya fue demasiado tarde (Lucas 16:19-26).

Oración: Amado Dios cuántos que han sido redimidos por ti viven meramente para lo temporal, cuántos incluso están dispuestos a sacrificar lo que es eterno por tener más de lo temporal. Perdona oh Dios nuestra maldad, perdona por tener en poco Tu cruz y todo lo que has dado para darnos lo eterno. Límpianos y abre nuestros ojos antes que sea demasiado tarde para reconocer y apartarnos de nuestra maldad. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 3 meses

Amén 🙏🙏🙏