
“Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber” Mateo 6:25
Lo que sigue en nuestro estudio del sermón del monte no es un tema que desligado de lo que ya hemos estudiado, es más una secuencia lógica de lo que le precede. Así las cosas, recordemos cómo Cristo ha descrito a los ciudadanos del reino de los cielos, como ha descrito su conducta y modo de vida y como Cristo ha desmentido las creencias equivocadas respecto a lo que en verdad es una vida piadosa y nos ha desafiado a vivir vidas centradas en Dios y no en nosotros mismos, vidas que son vividas con los ojos puestos en las cosas de arriba y no en las de la tierra.
Ahora, si queremos vivir una vida piadosa que se centra en Dios y se vive para Su gloria esto demanda de nosotros que tengamos una cosmovisión adecuada, y por tanto que tengamos una actitud que nos diferencie de aquellos que aman al mundo y a las cosas que hay en el mundo… considerando esto es que Jesús nos dice: “Por tanto os digo: No os afanéis” Iglesia escucha lo que tu Señor te está diciendo: no te afanes por nada al vivir la cotidianidad de tu vida y esto no es un llamado a ser descuidados o indiferentes, no significa que no trabajemos con esfuerzo y que dejemos de procurar nuestro bienestar y el de los demás escogiendo para nosotros una vida de ociosidad a la que muchos han mal llamado “vivir por fe” (2 Tesalonicenses 3:10) porque si bien es cierto que Dios es sustentador de sus criaturas también lo es la realidad de que Él usará las capacidades y dones que les ha dado para hacerlo. Entonces “no os afanéis” no es una invitación a una espera pasiva sin hacer nada, pero sí significa: no estén ansiosos o preocupados al punto de perder de vista lo que en verdad es importante y terminar alejados de Dios por dedicarnos solo a las cosas terrenales (Lucas 10:38-42) en Su visita al hogar de Lázaro el Señor no reprendió a Martha por ser diligente en sus quehaceres, sino por permitir que esos quehaceres le preocuparan tanto al punto de no apreciar y aprovechar el momento que tenía para escuchar y ser edificada con lo que el Señor estaba enseñando.
En este contexto el afán, la preocupación y la ansiedad es aquello que nos distrae de lo realmente importante y eterno para mantenernos absortos en lo temporal e intrascendente. Pero ¿Cómo no estar ansiosos cuando hay tantas situaciones que se salen de control? ¿Cómo no preocuparnos si hay necesidades que no pueden aplazarse y necesitan ser suplidas? Bueno porque hay necesidades inherentes a nuestro diario vivir es que Cristo nos dice: No te afanes. Si Dios te está concediendo la vida, Él te dará todo lo que necesites. Iglesia vivimos en la presencia del Padre celestial que ve lo que otros no ven y que recompensa conforme a lo que Él ve, que sabe de qué tenemos necesidad y tiene cuidado de nosotros. No te angusties por los bienes temporales que necesita tu cuerpo porque la vida es más que eso. Puede que al escucharme decir esto no te sientas identificado, tal vez tú seas de aquellos que tienen una fuente de ingreso “segura” con la cual pueden pagar por “todo lo que necesitan”, pero es posible que esa misma fuente sea la que te está distrayendo de lo que en verdad importa. Sí, estás supliendo todo lo que necesita el cuerpo de tus hijos, pero no te está permitiendo instruir el alma de tus hijos, no te está permitiendo reposar el domingo para unirte a la Iglesia y adorar en comunidad a tu Señor tal como Él ordena (Hebreos 10:25) ¿No es eso estar afanado por lo que es temporal? Cuantos hay que se van a otras ciudades dejando atrás a su familia (conyugue e hijos) y viven como si Dios que ha prometido cuidar de Su creación fuese mentiroso o que no existiera, solo para poder garantizar lo material. Es por ello que Cristo nos dice: “la vida es más que eso” tu alma no se sustenta con comida ni con bebida. La vida es mucho más que tener comida suficiente en la cocina por ello no te angusties ni te aflijas a causa de estas cosas.
Hermanos vivimos en un mundo esclavo de tener cosas que han catalogado como indispensables para vivir bien, pero Cristo mismo nos está diciendo que el vivir bien va más allá de tener cosas temporales, que hay una eternidad para la que deberíamos estarnos preparando, por tanto, las consecuencias de distraernos son eternas. Es tiempo ya de corregir la manera en que vemos y vivimos la vida, es tiempo de preguntar por las sendas antiguas y corregir el rumbo (Jeremías 6:16) para que en verdad hallemos descanso para nuestras almas, es tiempo ya de que veamos y valoremos las cosas como son y en su justa medida. Oh Dios ayúdanos a poder hacerlo. Amén
Añadir comentario
Comentarios
Amén 🙏🙏🙏