Que el futuro no te impida disfrutar el presente

“Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán” Mateo 6:34

En otras palabras, las fuerzas que has recibido hoy de parte de Dios, son para hoy…. Mañana Dios dará una nueva provisión de fuerzas y esfuerzo a Su pueblo (Isaías 40:29) Él nunca dejará de tener misericordia para con los que son Suyos. Aún a pesar de nuestras rebeliones, Dios como un Padre nos instruye y corrige, pero jamás somos desechados o privados de Su misericordia (Jeremías 18:3-6) aún si Dios en Su soberanía y providencia permitiese la aflicción en Su pueblo, Sus misericordias nunca decaen, aunque pasemos por el fuego o por las muchas aguas Él ha prometido estar con nosotros (Isaías 43:2)

Ciertamente no tenemos la capacidad para controlar el mañana, sólo Dios puede hacerlo. Pero a pesar de ello puedes tener la certeza de que si le conoces y has obedecido a Su evangelio Él no te abandonará porque si Él no escatimó el entregar a Su Hijo en la cruz para que nuestros pecados fuesen remitidos y trasladarnos de muerte a vida ¿Cuánto más se ocupará de todas las demás cosas? Cristo murió para que todo aquel que en Él crea no se pierda, sino que tenga vida y para que habiendo nacido de nuevo podamos vivir la vida que nos resta en esta tierra para gloria del Único Dios verdadero y si vivimos para Su gloria no somos como los que no tienen esperanza y están sin Dios… Iglesia, Él fue abandonado por el Padre en la cruz para que tú y yo nunca estemos desamparados. Toma la decisión de vivir este día con esperanza y para Su gloria, y mañana vuelve a tomar la misma decisión.

Mañana deberás enfrentar otras cosas: tal vez la muerte, el dolor, la decepción, tentaciones fuertes, pero no olvides que Él resucitó, que la tumba donde fue colocado Su cuerpo está vacía y porque Él vive nosotros también viviremos (Juan 14:19) porque Él venció, nosotros también venceremos en Él (Juan 16:33). Si quieres esperar el futuro sin temor y con esperanza, mira a Cristo hoy, confía en Él hoy… Él es la única esperanza para que nuestras almas no sean destrozadas por la angustia y el afán, es por Su señorío en nuestras vidas que somos contados como un pueblo que tiene esperanza. Entonces ¿Si no hay razón para estar afanados (ni siquiera por el mañana) qué sí debemos hacer hoy? Jesús dijo: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” vive el hoy para gloria de Dios, coloca todo tu empeño y circunstancias al servicio de magnificar la gloria del Dios que ha ordenado que en tu cuerpo haya aliento de vida en este día. No te entregues a ningún extremo como muchos lo han hecho creyendo que, porque no hay que afanarse por el mañana no proveen para su futuro, no trabajan, no ahorran… o tratan de “servir a Dios” esperando que Él actué sobrenaturalmente pasando por alto los medios que Él ha establecido para proveer el pan cotidiano. El otro extremo es ser esclavos del activismo y la ansiedad por conseguir posesiones que te “aseguren” un futuro bueno, tal decisión fue catalogada por Jesús como una necedad (Lucas 12:16-21) Entonces, ¿Es malo prever para el futuro? No, lo pecaminoso es creer que porque tienes muchos bienes entonces el futuro será bueno para ti… no es lo que poseemos lo que hace la diferencia, sino vivir en dependencia de Dios y para Su gloria… porqué Él es mi Padre yo tendré todo lo que necesite.

Debemos esforzarnos legítimamente en trabajar para cada necesidad de nuestra vida, pero aplicando la fe en todo lo que hagamos… por ello: Sirve a Dios hoy con la provisión que Dios te da para hacerlo, porque es con lo recibido de Su mano que le honramos (1 Crónicas 29:14) Dios no sólo ha prometido darnos nuestro pan cotidiano, Él también ha prometido suplir todo lo que nos haga falta (Filipenses 4:19) y eso es mucho más que solo cosas materiales. Él te dará todo lo que necesites para que veas Su gloria y vivas para gloria de Su nombre. Entonces “¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” (Sal. 42:5).

Oración: Señor que los miedos por el mañana no me impidan disfrutar de lo que hoy Tú me has dado, ayúdame a ser fiel en buscar primeramente Tu reino y Tu justicia y no vivir solo para asegurar aquello que Tú has llamado añadidura. Lo que tengo ahora es este momento presente para honrarte y no puedo garantizar que mañana podré hacerlo por tanto ruego a ti para que conforme a Tú promesa suplas todo lo que necesito hoy para magnificar Tu nombre y para descansar confiadamente en Tus poderosas manos, concédeme hacerlo hoy, concédeme hacerlo mañana y por la eternidad… viviendo la vida en tu presencia, bajo Tu autoridad y para Tu gloria. Amén