¿Perros, cerdos u ovejas perdidas?

Publicado el 2 de febrero de 2025, 5:18

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen” Mateo 7:6

Para no mal utilizar los recursos santos y valiosos que hemos recibido de Cristo, somos exhortados a ejercer discernimiento para saber quiénes en verdad los reciben y quienes los desprecian, y esto no sólo con aquellos que no hacen parte de la iglesia, sino incluso dentro de la misma iglesia.

Cristo nos dice que habrá gente que reciba los tesoros santos y valiosos del evangelio con una actitud de perros salvajes y otros como cerdos hambrientos. Para los judíos ambas comparaciones eran igual de grotescas y ofensivas, ninguna era mejor que la otra. Ambos animales eran considerados por ellos como sucios e inmundos. Entonces ¿Quiénes actúan como perros frente a lo santo del evangelio? Aquellos que a pesar de escuchar el evangelio permanecen en un accionar sucio e inmundo (Proverbios 26:11), aquellos que son agresivos contra la verdad que están escuchando (Salmo 22:16, 20) y aquellos codiciosos de cosas temporales (Isaías 56:11) que sin importar cuanta paciencia se tenga con ellos al comunicarles el evangelio ellos permanecen en la misma actitud y sin arrepentimiento alguno. A ellos hay que mostrarles que Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores, pero no podemos discutir doctrina con ellos, porque la doctrina solo puede edificar a los que sí son creyentes. Jesús prohíbe a Sus discípulos echar las cosas santas a quienes no van a valorarlas, sino que contrario a esto, tomarán una actitud agresiva si persistimos en mostrar la plenitud del evangelio a sus vidas. Jesús también dijo que habría quienes reaccionarían como cerdos ¿Quiénes son los cerdos que pisotean las perlas de Dios? La ilustración de Jesús pareciera indicar que un cerdo podría confundir una perla preciosa con algo para comer y al ser consciente de que no lo es la pisoteará y podría atacar a quien se la arrojó. Hay gente que sólo quiere las bendiciones materiales que pueden obtener de Cristo, pero no están interesados en lo más mínimo en Cristo. A estos les interesa es el dinero, la comida, el vestido... los bienes temporales, pero no les interesa en absoluto buscar el reino de Dios y Su justicia. Si tú aún no has obedecido a este evangelio ¿Cómo estás respondiendo a él?

A los perros y a los cerdos no se les puede testificar como a un hermano que está buscando crecer en la gracia a pesar de sus luchas con el pecado. Desgastarse enseñándoles doctrina solida sería administrar mal lo santo y valioso que nos ha sido confiado; por ello con ellos hay que insistir, siempre que las circunstancias lo permitan, en testificar los rudimentos del evangelio: arrepentimiento para con Dios y perdón de pecados. ¿Por qué Cristo es tan severo en Su advertencia? No es que Jesús veía a los incrédulos como bestias, Él quiere que sepamos cuando dar un paso atrás para separar los perros y los cerdos de las ovejas perdidas que, enviadas por el Padre al Hijo, están buscando un pastor. Pero ¿Cómo hacerlo? Dios ha prometido suplir todo cuanto nos haga falta, por ello necesitamos pedirle esta capacidad de discernir, porque si bien es cierto que sólo Él puede convencer y redargüir los corazones por medio de Su palabra y que nosotros solo somos mensajeros necesitamos sabiduría para anunciar el evangelio como debemos hacerlo (Efesios 6:18-20) para ser más efectivos al testificar, para no actuar con ligereza en la iglesia llevando a personas que en verdad no se han arrepentido a ocupar posiciones de liderazgo a riesgo de que dañe en lugar de edificar al cuerpo de Cristo y finalmente para conservar un equilibrio santo entre no juzgar pero sí discernir. Para no desechar antes de tiempo a aquellos que Dios no ha desechado.

Oración: Señor una vez más venimos a Ti que eres el dador de toda buena dadiva para suplicar que de Tu abundante sabiduría enriquezcas nuestras vidas con discernimiento. Guárdame de emitir juicios finales contra mi prójimo, pero sí enséñame a distinguir entre los que verdaderamente necesitan ser enseñados con paciencia y dedicación y aquellos que a los que solo les es dado el recibir el evangelio a través de mi conducta y sin palabra. A Ti te ha placido dar esta ordenanza y yo Te ruego capacítame para obedecerla y poder llegar a ese equilibrio que viene con el discernimiento espiritual para testificar como debo la misericordia que me has concedido, algo que es santo y de gran precio. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 3 meses

Amén 🙏🙏