
La salvación que Cristo ofrece al pecador a través de la fe no es tan sólo un pasaje gratis al cielo, sino que también implica reconciliación con Dios y liberación del dominio del pecado sobre nuestras vidas, es decir, el destronamiento del pecado y la entronización de la gracia “Porque el pecado no se enseñoreará más de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:14) Si en verdad estás bajo la gracia el pecado no puede seguir reinando. Luchamos cada día contra él porque sigue siendo nuestro enemigo, pero ya no es nuestro rey. Dice Pablo: “Más, ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna” (Romanos 6:20) ¿Quiénes son los que tienen como fin la vida eterna? Aquellos que ahora tienen por fruto la santificación porque han sido libertados del pecado… El falso profeta excluye por completo de su mensaje este aspecto indispensable del evangelio. Ellos entretienen a su audiencia con temas tal vez útiles, pero nunca les hablarán de arrepentimiento, nunca confrontarán sus pecados y por tanto nunca les hablarán del verdadero propósito de la cruz de Cristo.
El mensaje de un falso profeta introduce veneno a su audiencia no sólo con lo que dicen, también lo hace con lo que callan (Apocalipsis 22:18-19) lo peligroso para las mentes incautas es que ellos no desechan por completo la Biblia, pero le añaden cosas que no dice y le quitan cosas que sí dice. Ellos te animarán a “confiar en Jesús” a “tener un encuentro personal con Jesús” y eso suena fantástico, pero esto no es para nada un llamado al arrepentimiento, no, en la práctica esto es un llamado a creer y confiar en un falso Cristo que te muestra los reinos del mundo y la gloria de ellos y te garantiza que si le adoras te dará todo eso (Mateo 4:8-9) ¿Entonces el verdadero evangelio no ofrece ningún consuelo? El verdadero evangelio es el único que en verdad puede ofrecer un consuelo al alma del ser humano, sólo que el verdadero evangelio trae consuelo a al que debe consolar. Consideremos Romanos 8:28 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados” ¿Quiénes son los que tienen derecho a refugiarse en estas palabras de consuelo? Sólo los que aman a Dios ¿cierto? Y ¿Quiénes son los que aman a Dios? Jesús respondió esa pregunta así “El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió” (Juan 14:21-23) El falso profeta cita las palabras de consuelo contenidas en las Escrituras, pero nunca lleva a su audiencia a examinarse con objetividad si en verdad tienen derecho a apropiarse de tales promesas.
Dice el Señor en Jeremías 6:14 que los falsos profetas curan con liviandad la herida del pueblo ofreciendo paz cuando no hay paz, ellos te dirán lo que tú quieres oír… sin arrepentimiento no hay garantía de bendición alguna de parte de Dios (Isaías 1:18-20) Y ¡cuántos van hoy camino al infierno, tranquilos y confiados, sin haber entrado por la puerta estrecha del arrepentimiento y la verdadera fe, sin haber andado por el camino angosto de una vida santa! No son pocos, sino muchos, los que el día del juicio escucharán aquellas solemnes palabras del Señor: “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:23). La Biblia señala que muchos enfrentarán la muerte amparados en una falsa paz; si no quieres hacer parte de ese grupo asegúrate de haber entrado por la puerta estrecha, examina tu senda y date cuenta si estás andando por el camino angosto de la santidad.
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Amén 🙏🙏