Más allá de las palabras

Publicado el 16 de febrero de 2025, 5:13

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Mateo 7:21

Estamos a unos cuantos versos de culminar con este precioso sermón del monte. En él, el Señor ha identificado quienes son los verdaderos discípulos, y ha puntualizado que sólo ellos son los únicos que realmente pueden ser dichosos (bienaventurados) y tener seguridad de paz y vida eterna, certeza de entrar al reino de los cielos. Él ha dicho que sólo un verdadero discípulo puede entrar por la puerta estrecha y andar por el camino angosto, porque vive su vida sin buscar impresionar a ningún hombre, sino sólo para agradar al Dios Justo y Santo, al Padre celestial, amoroso y providente.

En este punto de Su discurso, Jesús hace una amonestación solemne, Él dice: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”… estás son quizás las palabras más solemnes dichas por Él hasta este punto, y deberían provocar en nosotros una profunda reflexión acerca del juicio final, ese día la falsa paz con la que muchos miran la eternidad se acabará, ese día se verá el resultado de la fe que practicamos mientras estuvimos en el cuerpo. Los que practicaron la justicia que Cristo demanda en este sermón “resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mateo 13:43) pero por lo que ha dicho Cristo, no todos entenderán ni aplicarán lo que ha enseñado, muchos llegarán a ser llamados cristianos, hablarán y actuarán como cristianos… pero sólo se estarán engañando a sí mismos y sirviendo de tropiezo para que otros también imiten su conducta ¿Qué importa si a los ojos de los hombres tengo nombre de que vivo, si delante de Dios es evidente que estoy muerto? (Apocalipsis 3:1)

Se acerca el día en que todo se pondrá al descubierto, no habrá nada oculto que no sea descubierto “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Eclesiastés 12:14) cuando ese día llegue ¿dónde nos esconderemos, a dónde recurriremos?, ¿qué alegaremos?, ¿será Cristo nuestro escondedero fiel, nuestra Roca de la eternidad? ¿Seremos hallados en Él, en Su cuerpo y bajo Su señorío? Estamos llamados a vivir con gratitud por la gracia de Dios, esforzándonos por agradarle en todo y manteniendo siempre la esperanza en Su bondad, de tal modo que podamos ampararnos en la esperanza de todo aquel que ha sido fiel en el evangelio: “que halle misericordia cerca del Señor en aquel día” (2 Timoteo 1:18)

Iglesia, se acerca el día en que se dará el pago a cada uno. Lejos de conducir al libertinaje, las doctrinas de la gracia no dan licencia para pecar… como algunos tristemente han hecho y enseñado a otros. Somos salvos solo por gracia y por gracia hemos sido hechos una nueva creación capacitada para andar en las buenas obras que Dios preparó de antemano para que Su pueblo ande en ellas (Efesios 2:8-10) aunque las obras no salvan, nuestras obras testifican si en verdad somos salvos, ellas son el fruto a través del cual nos damos a conocer (Mateo 7:20) no se puede ser salvo por gracia y al mismo tiempo ser esclavos del pecado. El día del juicio los libros de las obras serán abiertos y si nuestras obras no fueron hechas para la gloria de Dios la sentencia será condenatoria “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41) Se acerca el juicio y Jesús será el juez ¿Es esta una buena o una mala noticia para ti? Muchos les ofenden escuchar esto, porque dicen “mi dios es amor yo no creo que vaya a condenar a nadie”. Bueno tal vez su “dios” (el dios que se han hecho para sí mismo) no hace eso, pero el Dios del que habla la Biblia, ese que es Santo, Santo, Santo… ese que no puede tolerar el pecado, y actúa siempre con justicia, Él es juez de toda la tierra y hará lo que es justo (Génesis 18:25). Todo Su justo juicio ha sido otorgado a Cristo, Dios Hijo, quien se hizo hombre para venir a salvar a los hombres y dio Su Palabra por medio de la cual juzgará todas las cosas. ¿Es Cristo en verdad tu Señor?, ¿Es Él quien dirige tu vida, es Él a Quien te rindes diariamente y en todo momento?, ¿es Su palabra tú única autoridad de fe y conducta?, un día tendrás que dar cuenta de ello.

Oración: amado Dios muchos han repetido una oración para escapar de Tu juicio y tener paz para enfrentarse a la eternidad, pero Tú entregaste Tu vida por un propósito más alto que sólo librarnos del infierno. ¿Cómo podría merecer Tu cielo si en esta tierra he vivido para complacerme a mí mismo? Oh Señor concédeme la gracia de lavar mis ropas para tener derecho al árbol de la vida y para entrar por las puertas de la ciudad celestial. Tú te entregaste en propiciación por mis pecados para que yo pueda en respuesta a Tu obra ser un pueblo Santo, que ama la santidad y cuyo deleite eres Tú, concédeme Señor tal gracia, porque de otro modo ¿Cómo podría yo tener confianza en Tu venida? Ayúdame a permanecer en Ti, ayúdame a hacer justicia, así como Tú eres justo. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

Amén 🙏🙏