
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Mateo 7:21
Este es el anuncio de que ese día habrá grandes sorpresas. Muchos serán condenados porque al ser leídos los libros de las obras indiscutiblemente todos seremos hallados culpables porque todos hemos pecado gravemente contra los mandamientos de Dios, no habiendo guardado jamás ninguno de ellos, antes estando siempre por naturaleza inclinados al mal.
Pero posterior a ello otro libro también será abierto, el cual es el libro de la vida, todos seremos juzgados según nuestras obras, pero sólo aquellos que no sean hallados inscritos en el libro de la vida serán echados en el lago de fuego (Apocalipsis 20:11-15) estos son aquellos de quienes Cristo dijo que constituyen la muchedumbre que entra por la puerta ancha y avanza por el camino espacioso (Mateo 7:13) es una triste realidad, muchos son los que escogen voluntariamente el camino que lleva a la perdición y por ello muchos serán condenados por obedecer los deseos pecaminosos de su corazón y no estar dispuestos a amar a Dios con todo el corazón. Incluso muchos que en su vida terrenal le dijeron a Cristo “Señor, Señor” esta será la gran sorpresa de aquel día. No es difícil de suponer que alguien que abiertamente vive en impiedad sea condenado, aún si ellos no lo reconocen, el hecho de rechazar la luz significa la condenación para ellos (Juan 3:36) así que no será sorpresa para nadie que alguien que abiertamente vive en impiedad sea condenado. Pero el Señor ha declarado con mucha solemnidad que ese día delante de Él estarán muchos que aparentemente le confiesan como Señor, muchos que dicen conocerle personalmente, que quizás incluso hasta enfrentaron el paso a la eternidad con confianza y en paz… pero que en realidad no están inscritos en el libro de la vida, eso significa que a pesar de que pudieron delante de los hombres mantener una fachada de piedad finalmente a Dios no pudieron engañarlo, que no estén inscritos es la evidencia de que en verdad nunca conocieron a Cristo y que nunca obedecieron al evangelio.
¿Pero cómo puede ser esto posible si solo aquellos que tienen el Espíritu Santo y son movidos por Él pueden decir Señor a Cristo? (1 Corintios 12:3) Bueno 1 Juan 2:19 nos dice: “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros” entonces, esta no es gente que perdió su salvación, sino que es gente que nunca fue salva en verdad. Puede que ellos no dejen de congregarse, pero con toda seguridad que no lo harán en una iglesia que sea bíblica, el hecho de que alguien no pueda permanecer en comunión con la iglesia que predica la sana doctrina y en lugar de ello se vaya a donde le predican fábulas es testimonio de que no es de la iglesia, no está en Cristo, no hace parte de Su cuerpo y, por tanto, aunque le llame “Señor” no está bajo Su señorío.
Ese mismo día, todos los que no hicieron la voluntad del Padre serán condenados, los que no creyeron con verdadera fe en Cristo, los que no creyeron a Sus Palabras y por ello no las obedecieron, los que no creyeron ni se apropiaron de Su sacrificio expiatorio. Todos ellos se presentarán sólo con sus “buenas obras” y no será suficiente. Oh Señor concédenos hallar misericordia cerca de Ti en aquel día. Amén
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Amén 🙏🙏🙏