Amparados en Su gracia

Publicado el 3 de marzo de 2025, 4:04

Amada Iglesia, considerando lo que hemos aprendido acerca del temor de Dios, hoy quiero que meditemos en esta pregunta ¿Cómo es tu confianza en el Señor? La experiencia de David, no es la única referencia bíblica que nos revela la vital importancia y la sublime bendición que proviene de confiar en Dios. Esto no es algo que experimentó solo David, sino que es una realidad que se extiende a cada creyente que ha sido llamado a ser parte del pueblo de Dios. David nos dice: “Los que miraron a Él fueron alumbrados” (Salmo 34:5). ¿Y quiénes son aquellos que miran a Dios? Son los que, como los profetas y apóstoles, han sido llamados a fijar su mirada en Cristo, a creer en Él. ¡Qué preciosa promesa tenemos! No seremos defraudados; al contrario, seremos socorridos y sostenidos por Su mano poderosa, como nos recuerda 1 Pedro 2:6.

Ahora bien, la pregunta sigue siendo: ¿En quién más puedes colocar tu confianza? ¿A quién más puedes mirar con la esperanza de que te proporcione lo que solo Dios puede darte? ¡El Señor nos llama! “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más” (Isaías 45:22). No dice que miremos nuestros dones, nuestras capacidades o a las personas que nos rodean. No, dice “miren a Dios”, miren a Cristo y a Su cruz. Siempre debemos fijar nuestros ojos en Él, confiando en Su obra de gracia, única fuente de vida eterna y plena. Aquí y ahora, por toda la eternidad, te insto: ¡Mira a Cristo! Pregúntate, ¿a quién estás mirando? ¿En qué o en quién estás confiando? Tal vez estás buscando aceptación, amor o satisfacción en relaciones insanas o en prácticas pecaminosas. Quiero decirte con amor: eso no vale la pena, y definitivamente no es lo que necesitas. ¡Solo necesitas a Cristo! Comprende Su amor, la grandeza de Su obra, que te asegura perdón y redención, y sumérgete en la maravillosa buena noticia del evangelio.

Mira solo a Cristo, y Su gracia disipará tus tinieblas. Tu entendimiento será iluminado por la luz de Su verdad. Se hará evidente que, por causa de Cristo, eres del agrado del Padre, porque estás en Aquel en quien el Padre tiene total complacencia. La Palabra de Dios nos revela nuestra condición, nos muestra nuestras tinieblas, pero también nos enseña la grandeza y la gloria de Cristo, haciendo resplandecer Su gloria en nuestras vidas. Así que mirar a Cristo implica, en esencia, escuchar Su Palabra, creer que lo que dice es cierto y confiar en ella. Es la única forma de entender el camino que Dios ha diseñado para que lo sigamos, para que sepamos por dónde debemos andar… seguros de que Dios nunca defrauda a nadie, y el que confía en Él no será avergonzado.

Y cuando Él regrese, no seremos defraudados por haber puesto nuestra esperanza en Él y haberlo seguido. También hoy podemos confiar en Dios para cada una de nuestras necesidades. El Padre nos ha dado todo en el Hijo, y podemos descansar plenamente en Él, sin importar las aflicciones que enfrentemos.

Oración: Amado Señor, Te damos gracias por Tu Palabra, que ilumina nuestro camino y nos recuerda la importancia de confiar en Ti. Hoy hemos reflexionado sobre la necesidad de poner nuestra mirada en Cristo, el Único que puede satisfacer nuestras ansias más profundas y ofrecer salvación a nuestras almas. Te pedimos, Señor, que nos ayudes a despojarnos de toda confianza en lo temporal y que nuestros corazones se fortalezcan al mirar siempre hacia Ti.  Ayúdanos, Padre, a escuchar y creer en Tu Palabra. Que cada día podamos vivir en la certeza de que no seremos avergonzados al confiar en Ti. Llena Oh Señor nuestras vidas con Tu paz y guía nuestros pasos, especialmente en tiempos de aflicción. Amén.

Valoración: 5 estrellas
5 votos

Añadir comentario

Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

Amén 🙏🙏