¿A quién temer en un mundo atemorizante?

Publicado el 8 de marzo de 2025, 5:04

“No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a Él santificad; sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo” (Isaías 8:12-13)

Todos enfrentamos necesidades, reales o percibidas, que nos desafían en nuestro caminar diario. ¿Cómo respondemos a estas necesidades? ¿Cómo armonizamos nuestra fe en Dios y Su Palabra con las pruebas y desafíos que la vida nos presenta? El texto que nos guía hoy habla de temor y miedo, pero la pregunta crucial es: ¿a qué o a quién debemos temer, y en qué consiste este temor?

En primer lugar, debemos afirmar con convicción: no debemos temer a la gente. Es natural experimentar temor y miedo en ciertas situaciones, pero la Escritura nos enseña que estos sentimientos no deben estar dirigidos hacia las personas. El pueblo de Judá, en aquel entonces, se encontraba amenazado por una coalición de naciones que buscaban imponer sus intereses. Sin embargo, el mensaje de Dios a Su pueblo escogido, a Sus redimidos, a aquellos a quienes Él llamó para Sí, es claro e inequívoco: "No teman ni tengan miedo a la gente". Aunque se presenten como "poderosos", sin importar los recursos a su disposición, ellos no son más poderosos que Dios. Son nada en comparación con el Dios Todopoderoso, quien guarda a Su pueblo por amor de Su nombre (Salmo 27:1-3). El pueblo de Dios no debe temer a la gente, sino a Dios exclusivamente, no hay razón para temer a las personas que nos rodean, por poderosas, influyentes, adineradas, instruidas o, incluso, ignorantes que puedan ser. Nuestro temor no debe estar centrado en ellas ni en sus acciones, sino únicamente en Dios. Él es nuestro temor, Él es nuestro miedo.

Muchos en el pueblo de Judá veían conspiraciones por todas partes y acusaban a Isaías de traición, argumentando que, al no respaldar una alianza con Egipto (aquellos que en el pasado los habían esclavizado), estaba entregándolos a sus enemigos. Para algunos, puede parecer una locura mantenerse en calma y esperar en el Señor cuando la adversidad amenaza. Iglesia, cuánta gente hoy teme a cosas que, en realidad, carecen de sentido. Temen a cosas que Dios puede proveer, tanto natural como sobrenaturalmente. Se desesperan ante la urgencia de cubrir una deuda, de proveer el sustento, el vestido y la educación de sus hijos, y ante tantas otras necesidades. Pero, ¿es a esto a lo que Dios nos llama a temer? ¿Hay razón para temer ante estas cosas? ¿Tenía razón el pueblo de Judá al temer lo que sus enemigos pudieran hacerles, cuando Dios ya había luchado a favor de ellos en el pasado? Iglesia, si Dios está de nuestro lado, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31). Por lo tanto, no temamos a la gente, ni a lo que la gente teme, ni a lo que la sociedad nos impone, no sucumbamos a sus antivalores, ni a lo que ellos llaman "necesidades" No temamos a nada de esto, sino solo a Dios.

Él es Aquel ante quien debemos temblar por lo que Él es y por lo que hace. Él es el único que es Todopoderoso, quien tiene poder para dar la vida o quitarla, Él no necesita recursos humanos para socorrer a los Suyos. Él es el Dios que permanece para siempre y, por lo tanto, quien tiene el poder para guardar nuestro depósito hasta aquel día. A Él debemos temer, ante Su presencia debemos temblar, porque, aunque es nuestro Padre, también es el Dios Santo, Santo, Santo.

Oración: Soberano Dios, reconozco que muchas veces permito que el temor a las circunstancias y a las opiniones de los demás me domine, desviando mi mirada de Ti. Perdóname por depositar mi confianza en soluciones humanas y por ceder ante la ansiedad y la preocupación. Te ruego que grabes en mi corazón la verdad de que Tú eres el único a quien debo temer, el único que tiene el poder para dar vida y para quitarla, el único que permanece fiel a Su pacto. Ayúdame y ayuda a toda Tu Iglesia a confiar en Tu provisión y a descansar en Tu soberanía, sabiendo que Tú tienes el control en todas las cosas. Que el temor reverente a Tu nombre nos impulse a vivir en obediencia y a buscar Tu voluntad en cada área de nuestra vida, inclina oh Señor nuestro corazón a todo lo que Tú deseas. Amén.

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Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

Amén 🙏🙏🙏