Fidelidad: una decisión del corazón

Publicado el 24 de marzo de 2025, 2:25

“... escoged hoy a quien habéis de servir...” Josué 24:15

En el corazón de nuestro andar cristiano, encontramos una pared infranqueable: la voluntad. La voluntad de una persona es el motor de todas sus acciones. No podemos abdicar de nuestra voluntad; por el contrario, debemos ejercerla continuamente. Esto hace imperativo que tomemos la decisión de obedecer y dejarnos guiar por el Espíritu Santo. Cuando Dios nos da a conocer Su verdad, nuestra respuesta no debe ser cuestionar lo que Él ha ordenado, sino más bien enfocarnos en lo que nosotros debemos hacer.

Como Iglesia nos reunimos para hablar, cantar y exaltar la fidelidad de Dios, pero es crucial que reflexionemos sobre lo que realmente implica esa fidelidad. ¿Realmente conocemos a Dios como el que cumple todas Sus promesas? Deuteronomio 7:9 nos recuerda: “Reconoce, pues, que el Señor tu Dios es Dios, el Dios fiel…” Dios no quebranta Sus promesas. Esta certeza debe llenarnos de esperanza y fortaleza. Si Dios ha estado tocando tu corazón y te está desafiando a dar un paso de fe, recuerda que Su fidelidad es inquebrantable: Él está en Su trono, gobernando soberanamente y llevando a cabo Sus propósitos. Entonces “Escoged hoy a quién habéis de servir” no es una decisión que debamos tomar a la ligera; es un llamado a una reflexión profunda y hasta que no te decidas a obedecer, todo lo demás en tu vida quedará en suspenso. Cada enseñanza que transforma tu entendimiento, hará que los argumentos humanos se desvanezcan y aquí es donde surge la tensión, porque Dios permite que la opinión de otros te afecte, a veces, tu obediencia incluso parecerá una locura para quienes no comprenden el propósito divino detrás de tus decisiones. Lo importante en cada decisión que tomas es que no necesitas tener todas las respuestas sobre hacia dónde te lleva el Señor; lo único que necesitas es conocerlo a Él. Su paz, que supera todo entendimiento, se encuentra en esa relación.

Es vital que confieses abiertamente: “Te seré fiel”. Pero ten presente que, al elegir ser leal a Jesucristo, te conviertes en un “testigo contra ti mismo” (Josué 24:22). No busques la aprobación de otros, sino presenta tu decisión ante Él“Yo te serviré, sin importar lo que otros piensen o hagan” Ser un discípulo de Cristo es costoso; el precio del discipulado no siempre es sellado con la tortura o la muerte, pero no por ello es menos significativo. ¿Quién de nosotros puede escapar de las pruebas de nuestras propias debilidades, de las burlas, o de la oposición maliciosa de los que no comparten nuestra fe? Es una lucha auténtica y real. Sin embargo, también es una verdad profunda que la fidelidad del creyente nunca quedará sin recompensa. Cristo nos anima con Su exhortación: “Sé fiel hasta la muerte, y yo Te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10). En Su glorioso día, Él dirá a cada uno de Sus siervos leales: “Bien, buen siervo y fiel… entra en el gozo de tu Señor” (Mateo 25:21).

Dios es fiel, y tú, ¿eres fiel a Dios? Esta es la pregunta que nos desafía en este día. Que tu respuesta no sean solo palabras, sino una resolución que se hace evidente en tu accionar.

Oración: Amado Dios a muchos les parece mal servirte incondicionalmente a ti y prefieren vagar tras lo que muchos vagan para no ser diferente, hoy recuerdo tantas cosas que me has permitido aprender de ti en mi diario vivir, cosas que no han sido reveladas por hombre alguno sino que Tú mismo me has conducido a ello, ha sido un gozo honrarte por medio de mi obediencia en tales ocasiones, pero también ha habido otros momentos en que me he negado a ser fiel por no desencajar y te pido perdón, Señor ayúdame para que este y cada día de lo porvenir yo pueda ser hallado por Ti como un mayordomo fiel a Ti y a Tu ordenanza. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace un mes

Amén 🙏🙏🙏