
“Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová” Josué 24:15
En nuestros días, observamos con tristeza cómo muchas personas están desperdiciando sus vidas en la superficialidad. Existen aquellos que afirman adorar a Dios, pero no conocen al Dios que dicen servir. Viven sin claridad sobre el propósito que orienta sus vidas, atrapados en una niebla de confusión y apatía espiritual. Tristemente ellos pueden tener planes definidos para el fin de semana, pero son incapaces de discernir cuál es su verdadero propósito, tanto en esta vida como en la eternidad.
La realidad que enfrentamos presenta un vacío abismal de liderazgo. Muchos hombres, en su pasividad, parecen ajenos al impacto negativo que su inclinación tiene sobre sus esposas e hijos. La falta de dirección espiritual deja a sus familias sin el fundamento necesario para sostenerse en los tiempos difíciles. Sin embargo, no hay razón para continuar así. Cuando los hombres finalmente despiertan y deciden levantarse, se producen transformaciones poderosas. Al comprender cuál es su rol, y al someterse completamente al plan de Dios, sus vidas son renovadas. Sus prioridades se organizan, y nace en ellos un propósito audaz. Aprenden a decir “no” a todo aquello que les distrae y a aferrarse a sus valores y compromisos, sin importar las circunstancias que enfrenten.
Josué fue un líder resoluto, un hombre de carácter. Sabía exactamente quién era y cuáles eran sus deberes. No se dejó influenciar por las decisiones de la multitud que le rodeaba. Al desafiar al pueblo, no le preocupaba la respuesta que obtendría. Su resolución era clara: “Pero yo y mi casa…” Si su hogar fuera el único que decidiera servir a Jehová, él lo haría con firmeza. Ahora, te invito a reflexionar: ¿En qué situación te encuentras en comparación con la determinación de Josué? Si no estás a la altura de esa resolución, es necesario que tomes una decisión. ¿Te sumergirás por completo en el plan de Dios, o seguirás coqueteando con las orillas de una vida sin compromiso? ¿Te arriesgarás al seguir las filosofías del mundo o harás la sabia elección de enfocarte en las cosas verdaderamente importantes de la vida? La integridad y la fidelidad a Dios no son resultados del azar; la pasividad solo conduce a la inutilidad. Ningún hombre puede permanecer inactivo ante lo que la Escritura le ordena hacer por su familia y esperar ser considerado, al final del camino, un siervo fiel.
Dios te llama hoy, hombre, a levantarte en cumplimiento de Su propósito. Tienes ante ti el desafío de repetir de los errores de quienes te precedieron, o puedes trazar un nuevo camino de fidelidad y bendición para tus hijos y para las generaciones venideras. Es hora ya de tomar decisiones que importan y que harán la diferencia en el presente y en la eternidad.
Oración: Señor, te doy gracias por Tu Palabra porque me llama a la acción y a la decisión. Hoy elijo servirte con todo mi corazón y guiar a mi familia en Tu camino. Ayúdame a tener la valentía de tomar decisiones sabias y firmes que reflejen Tu amor y Tu luz. Que mi vida sea un legado de fe para las generaciones futuras. En el nombre de Jesús, amén.
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Amén 🙏🙏
Amén.