El camino verdadero

Publicado el 22 de mayo de 2025, 4:13

“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” Juan 14:6

En nuestra sociedad moderna, parece que hay una multitud de caminos, y cada persona elige el que mejor se adapta a sus deseos y aspiraciones. Cada uno defiende su propia senda con determinación, esforzándose al máximo para no ser desviado por nadie. Para aquellos que buscan "comodidades," su camino se centra en el trabajo y el desarrollo profesional. Se esfuerzan y se esmeran por alcanzar un nivel de vida que, en última instancia, siempre les parece inalcanzable, ya que siempre habrá una nueva meta que alcanzar y nuevas posesiones que tener. Otros se enfocan en "disfrutar y ser felices," dedicando sus vidas a la búsqueda de placeres sin importar las consecuencias. En su búsqueda de felicidad, ignoran completamente las necesidades de quienes los rodean. Por otro lado, hay quienes simplemente buscan "ser." En esta búsqueda, adquieren conocimiento y títulos, sin sentirse jamás satisfechos, pues siempre hay algo más que aprender. Sin embargo, existe un pequeño grupo que anhela la vida eterna, un grupo que ha comprendido que el vacío que todos anhelamos llenar no se satisface con lo que el mundo ofrece. Mientras los demás se entregan a sus caminos, este selecto grupo tiene la claridad de que solo hay un camino que realmente lleva a la plenitud: el Camino de la Vida.

Lo triste es que cada uno de nosotros está dispuesto a sacrificar cosas valiosas por los caminos que hemos elegido. Es precisamente esta disposición a sacrificarnos lo que ha llevado a nuestra sociedad a encontrarse en condiciones tan deterioradas. Lamentablemente, en lugar de un futuro prometedor, cada nueva generación enfrenta un panorama más oscuro, ya que cada generación es abandonada a más temprana edad. Muchos jóvenes son abandonados emocional y espiritualmente, mientras que otros, aún más desafortunados, son abandonados incluso físicamente. En este contexto, la familia, la unidad fundamental de la sociedad, sufre un retroceso. En este punto, es importante recordar que, entre todos los caminos que la humanidad ha explorado desde el principio de los tiempos, el único que produce verdaderos frutos es el Camino de la Vida – el que pocos deciden tomar. Los caminos alternativos nunca podrán brindar una satisfacción genuina. Sin embargo, es un hecho que, aunque este camino lleva al Padre, muy pocos lo eligen, y entre esos pocos, muchos intentan recorrerlo como si fuera uno de los caminos ordinarios, desalentándose rápidamente y abandonándolo. No se puede caminar por el Camino de la Vida con un deseo desmedido de acumular riquezas, ni buscando placer y felicidad por encima de todo.

Hace mucho ya que Dios ha hecho un llamado claro a la humanidad: "Delante de ti he puesto el camino de la vida y el camino de la muerte; escoge, pues, el camino de la vida para que vivas tú y tu descendencia" (Deuteronomio 30:15-19) Cristo es ese camino de la vida; ningún otro camino nos puede salvar. Si hay un camino por el cual vale la pena sacrificarlo todo, es este, ¡porque es el único camino que podrá garantizar tu vida y la de tus descendientes! Así que te pregunto: ¿ya has decidido qué camino seguir? ¿Has contemplado su final? ¿Realmente vale la pena permanecer en él? Estas son preguntas que hoy debes responder.

Oración: Señor gracias por Tu palabra, gracias por hablar a mi vida, Señor muéstrame que cosas del camino en el que estoy te agradan y cuáles no, dame la fuerza y la voluntad para corregir mi camino si Tú consideras que debo hacerlo, dame sabiduría para tomar buenas decisiones, decisiones que me acerquen cada vez más a ti y me ayuden a permanecer en el camino de la vida. Amén

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