Esperanza que sostiene y esfuerza

Publicado el 11 de noviembre de 2025, 4:39

“Porque Te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas Te llamé, y Te dije: Mi siervo eres tú; Te escogí, y no Te deseché. No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy tu Dios que Te esfuerzo; siempre Te ayudaré, siempre Te sustentaré con la diestra de Mi justicia” Isaías 41:9-10

La Iglesia de Cristo, ese cuerpo de hombres y mujeres que por la gracia de Dios han creído el evangelio y han nacido de nuevo, está llamada a vivir con valentía. Como está escrito en la Escritura, nadie enciende una lámpara para ocultarla, sino que se coloca en alto para que alumbre a todos (Mateo 5:15); así debe ocurrir con la presencia de Dios en cada creyente, aunque no siempre resulte fácil. En ocasiones el camino será empinado y exigiría más esfuerzo, pero la llamada a la valentía permanece: no tengas temor. Cuando Dios te llama a vivir sin temor, incluso ante la posibilidad de perder aquello que te da seguridad, y cuando te coloca frente al pecado de otros, ante una situación médica difícil, frente a la pérdida de alguien querido, Su mandato no queda suspendido en el aire. Él afianza el mandato con un fundamento sólido, porque así funcionan todos los mandamientos de Dios: vienen acompañados de la seguridad de Su respaldo.

La clave para una intrepidez auténtica es creer que el Único Dios Verdadero es tu Dios y que está contigo, que te fortalece y te sostendrá. Si comprendemos la grandeza de ese Dios, nuestra fe se aviva y nuestra valentía se intensifica; cada prueba que exija decisión valiente será un reflejo externo de la majestad de Dios atesorada en nuestro interior. El llamado esta mañana es dejar atrás la tendencia a definir el porvenir por nuestras experiencias pasadas y empezar a definirlo a la luz de nuestro Dios. Debemos reconocer que Dios es mayor que nuestra capacidad, que Él puede superar nuestras cobardías pasadas (Juan 21:15-19), y que aquel Dios grande nos llama de nuevo a una valentía gozosa. La fuente de una vida sin miedo no es nuestra seguridad humana ni nuestros lazos familiares o sociales, sino solo Dios. “No se turbe vuestro corazón; creed en Dios” (Juan 14:1) Cree en Dios, confía en Él, que Él sea tu Dios; que Él sea tu ayuda y tu fortaleza. No te abandonará y Te sostendrá con Su diestra poderosa.

Oración: Padre celestial, reconocemos que nuestra valentía no proviene de nuestra habilidad sino de Tu gracia que nos sostiene. Ayúdanos a creer de verdad que Tú eres nuestro Dios, que caminas con nosotros y que nos fortaleces en cada paso que damos. Libéranos de la necesidad de pertenecer a la aprobación humana y de la seguridad que promete el mundo, para que vivamos con valentía gozosa, proclamando Tu verdad y amando a la Iglesia. Que nuestra confianza esté puesta en Ti, que Tu presencia guíe cada decisión y que Tu diestra nos sostenga en medio de toda prueba, para que el nombre de Cristo sea exaltado en todas las cosas. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace un mes

Amén

Yamileth
hace un mes

Amén, Ayudanos Señor.