Edificando sobre las misericordias de Dios

Publicado el 3 de diciembre de 2025, 3:44

Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta Romanos 12:1-2

La vida cristiana no es casualidad; está fundada en una realidad trascendente que determina cada acción, cada emoción y cada palabra. El cristianismo no es un mero código moral, sino una obra nacida de la misericordia de Dios en Cristo. Recibimos vida cuando estábamos muertos en delitos y transgresiones, a fin de exhibir la gloria de esa misericordia ante un mundo que la necesita. Por ello, la exhortación es clara: edifiquemos nuestra existencia sobre esa verdad y vivamos de manera que esa misericordia se vea en nosotros.

En su carta a los Romanos Pablo, después de haber trazado la ira, la justicia y el juicio de Dios, y después de haber mostrado nuestra caída, el pecado y la muerte, de la muerte y resurrección de Cristo, de la justificación por fe y de la obra santificadora del Espíritu, nos invita a anteponer las misericordias de Dios a todo lo demás. Su mensaje central es que la misericordia de Dios debe brillar ante los ojos de quienes nos rodean, que la gracia no sea sólo una idea prevista, sino una realidad que se evidencia en nuestra conducta. La misericordia, en su verdadera amplitud, no se limita al perdón formal de culpables; comprende una compasión tierna hacia los débiles y desesperados. Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Difícilmente morirá alguno por un justo; pero Dios demuestra Su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Observa que la misericordia opera en dos direcciones: éramos débiles e indefensos (ese es un lado), y éramos pecadores y culpables (ese es el otro lado). La misericordia responde a ambos: nos encuentra en nuestra vulnerabilidad y nos reconoce justos ante la santidad de Dios a pesar de nuestra culpabilidad… La misericordia no sólo perdona; también corrige, consuela y sostiene. ¿Se ha edificado tu vida sobre esta base? Es urgente cultivar una existencia que refleje esa misericordia tal como Dios la ha revelado en Cristo. Si no estamos saturados por esa misericordia, ¿cómo podremos ser canales auténticos de misericordia para otros?

La misericordia no es una debilidad; es una firme fidelidad que se expresa con ternura. Que Dios nos anime y capacite por su Espíritu para edificar nuestras vidas sobre las misericordias reveladas en Jesucristo, para recibirlas, confiar en ellas y abrazarlas para el perdón de los pecados, porque sólo allí encontramos la fuerza para vivir una vida de misericordia.

Oración: Amado Dios, te damos gracias por la plenitud de Tu misericordia revelada en Cristo. Ayúdanos a no contentarnos con un conocimiento superficial, sino a renovar nuestra mente para vivir conforme a Tu voluntad que es buena, agradable y perfecta. Que la misericordia que nos has mostrado transforme nuestra mirada hacia los demás, que nuestro trato refleje la compasión de Cristo hacia los necesitados y los oprimidos. Fortalécenos por Tu Espíritu para que nuestra vida sea un testimonio coherente de Tu gracia, y para que, al vivir en esa misericordia, glorifiquemos Tu nombre en todas las esferas de nuestra vida. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 4 días

Amén

Yamileth
hace 4 días

Amén