
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas” 1 Pedro 2:21-25
Tres veces en este texto, se nos dice que Cristo murió y que el propósito de Su muerte fue darnos la capacidad para vivir de manera diferente. O otra forma de decirlo es que el propósito de Dios para nosotros como iglesia es que vivamos como Cristo, que vivamos con rectitud; y nos dice tres veces que Su compromiso inquebrantable e infinitamente convincente para hacerlo realidad se ve en el sacrificio de su Hijo.
"Cristo padeció también por vosotros, dejándoos ejemplo, para que sigáis sus pisadas". En otras palabras, Cristo sufrió por nosotros, sufrió hasta la muerte, con este propósito: que podamos seguir sus pasos. Así que el propósito de Dios para nosotros es que sigamos los pasos de Jesús. Y la razón por la cual podemos hacerlo es que Cristo "padeció por nosotros". Cristo no solo sufrió y murió para darnos ejemplo. Él sufrió "por nosotros", es decir, en nuestro lugar, por nosotros y al sufrir "por nosotros" mostró Su compromiso y el compromiso de Dios Padre de llevar a cabo Su propósito para nosotros. Él murió por nosotros para hacernos como Él… "Él mismo llevó nuestros pecados en Su cuerpo sobre la cruz, para que muramos al pecado y vivamos a la justicia" El sufrimiento de Cristo fue la agonía de ser clavado en la cruz y morir allí y Su sufrimiento "por nosotros" fue cargar con nuestros pecados, fue una sustitución. Es el cumplimiento de Isaías 53:6: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros". ¡Esta es una noticia tremendamente buena para los pecadores! Cristo llevó nuestros pecados y aunque las consecuencias de nuestros pecados son increíblemente dolorosas, la esperanza de nuestras vidas es: "Cristo llevó mis pecados en Su cuerpo sobre la cruz".
¿Crees esto? ¿Crees esto acerca de tus propios pecados? Las implicaciones de esto para nosotros son enormes. Significa que, si queremos, podemos dejar el pasado con Dios. Podemos decir: "Confío en ti, Jesús, que todos mis pecados, todos los que son públicos y todos los que son privados, todos ellos, han sido levantados, llevados, sufridos y por lo tanto quitados de mí. Yo no están sobre mí, no llevo su culpa conmigo en el futuro". Deja que esto real en tu vida, no tienes que cargar con tus pecados. No tienes que despertarte con culpa o irte a la cama con culpa. Puedes depositar tu esperanza en el compromiso de Dios en Jesús: "Cristo llevó nuestros pecados en Su cuerpo en la cruz".
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