Lo que Dios te está pidiendo

Publicado el 10 de noviembre de 2023, 6:03

¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” Miqueas 6:6-8

Miqueas profetizó durante un periodo de intensa injusticia social y corrupción en Judá. Él que está confrontando un mal muy común: creer que podemos vivir en una vida de pecado y aun así agradar a Dios cumpliendo algunos actos religiosos externos. Las palabras de Miqueas de ese entonces sirven para recordarnos que la religión sin un amor genuino por Dios no nos sirve para nada. El legalismo nos ciega a la realidad de la frialdad espiritual y nos envuelve en justificaciones propias que nunca serán aceptadas por Dios. En Su infinita gracia y misericordia, el Señor ha permitido que el evangelio llegue a nosotros y que Su Palabra esté a nuestra disposición para que aprendamos lo que tenemos que hacer para llegar ante Su presencia. Entonces, ¿qué realmente demanda Dios de nosotros?

¿Qué es lo que tengo que hacer para agradar a Dios, estar cerca de Él y adorarle? Miqueas reflexiona sobre esto preguntas como, “¿me presentaré delante de El con holocaustos, con becerros de un año?”, “¿Se agrada el Señor de millares de carneros, de miríadas de ríos de aceite?” y “¿Ofreceré mi primogénito por mi rebeldía, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?”. Cada pregunta de reflexión es un ejemplo de un acto de adoración. Pero, al final de esta reflexión, la conclusión es que ninguna de estas es la manera correcta de agradar a Dios… Él está más interesado en lo que somos por dentro que en lo que hacemos por fuera. Entonces, ¿cómo podremos agradar correctamente a Dios? Dice el versículo 8: Él nos ha declarado lo que es bueno y sólo nos demanda que practiquemos la justicia, amemos la misericordia, y andemos humildemente con Él. Si la misión es saber cómo agradarle, ¡entonces Él ya lo ha declarado! Debemos vivir actuando hacia Dios y hacia los hombres de acuerdo a los estándares que Él ha revelado en Su palabra.

Estas demandas de Dios solamente pueden ser suplidas, si te presentas a través de Cristo Jesús. Es imposible hacer esto en nuestras propias fuerzas; necesitamos que Jesús perdone nuestros pecados antes que puedas disfrutar de la paz que viene de Él. Este texto nos desafía a revisar nuestra vida de fe. Dios no se agrada con una vida de sacrificios; tenemos que presentarnos ante El Señor reconociendo que la religión y el legalismo no agrada a Dios. Dios se complace cuando le imitamos en trato de justicia; cuando demostramos el mismo amor y misericordia que Él nos demostró a nosotros a todos aquellos que nos rodean; y cuando vivimos completamente humillados a Su voluntad reconociendo y arrepintiéndonos de nuestras faltas y errores.

Valoración: 5 estrellas
3 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios