
“Estad siempre gozosos” 1 Tesalonicenses 5:16
El pasaje de hoy es un pequeño versículo con grandes implicaciones. La frase «estad gozosos» es un llamado al gozo. Para la iglesia del primer siglo esta expresión era una manera de saludar. Jesús la utilizó como un saludo (Mateo 28:9). Pablo la usó como una despedida (2 Corintios 13:11).
En 1 Tesalonicenses 5:16, Pablo exhorta a los santos a regocijarse. Es un mandato, lo que implica que el gozo es más que la felicidad. La felicidad es una respuesta emocional a circunstancias favorables, agradables o gratificantes. Uno no puede forzar a una persona a ser feliz. Eso depende de lo que le suceda a la persona. Pero Dios manda a los cristianos a regocijarse. Este mandato a regocijarse está en el tiempo presente. Esto significa «mantente gozoso». Es por esto que es un mandato difícil. Sería más fácil de entender si la exhortación fuera simplemente a regocijarnos. Porque, hay muchos momentos, muchas razones y varias ocasiones que conducen naturalmente al gozo. Pero el llamado es a estar gozosos siempre, no solo algunas veces. ¿Cómo puede un cristiano estar siempre gozoso? En su contexto, ”estad siempre gozosos” está acompañado de: “orad sin cesar, dad gracias en todo” es posible que estemos familiarizados con estos mandamientos, pero con bastante frecuencia se pasa por alto la justificación para ellos: «porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús». ¿Queremos conocer la voluntad de Dios para cada momento? La voluntad de Dios es que estemos siempre gozosos, que oremos sin cesar y que demos gracias en todas las circunstancias. Si no estamos gozosos, orando y dando gracias, estamos rebelándonos espiritualmente. La voluntad de Dios para nuestras vidas tiene que ver con mucho más que las circunstancias que enfrentamos. Tiene que ver con la forma en que respondemos a esas circunstancias. Es preciso aclarar en este punto que, aunque la voluntad de Dios es que estemos siempre gozosos, la obediencia a este mandato no se logra por un acto de la voluntad. Solo se puede lograr por medio de la fe en Cristo. El gozo incesante del creyente es la voluntad de Dios para nosotros «en Cristo Jesús». Esta es la clave para una vida de gozo. Los inconversos no se regocijan en Dios, ni oran a Dios, ni le dan gracias a Dios. Las personas religiosas se regocijan de vez en cuando, oran cuando lo sienten y dan gracias cuando las cosas van bien. Pero los cristianos están siempre gozosos, oran sin cesar y dan gracias en todas las circunstancias. Esta es la respuesta del creyente, no porque vive una vida ajena a peligros, dificultades y engaños, sino porque está en Cristo Jesús.
El Señor desea que Sus discípulos vivan en paz (Juan 16:33) pero la paz verdadera no es la ausencia de realidades negativas, dolorosas o difíciles. Ser discípulos de Cristo no librara nuestra alma de tribulaciones, no estamos exentos de problemas porque estamos en Cristo. Al contrario, seguir a Jesús traerá presiones que probarán nuestra fe, cargarán nuestra alma y atentarán contra nuestra vida. Sin embargo, podemos tener esperanza en medio de todo porque Cristo ha vencido al mundo. Es cierto, el mundo está plagado de tribulación, pero es una tribulación conquistada: El Señor ha vencido al mundo. Las tribulaciones de la vida son inevitables, pero no tienen la última palabra. El Señor Jesucristo reina sobre cielo y tierra. Esto incluye todas las bendiciones y las cargas de tu mundo privado. Regocíjate en esta gloriosa verdad ahora y por siempre.