Bienaventurados porque le veremos

“Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu Nombre” Salmo 86:11

Si ser limpios de corazón nos concede la bienaventuranza de ver a Dios ¿Qué significa ser limpios de corazón? Implica una devoción firme a Dios, una vida plena bajo el temor de Dios tal como lo dice el salmista. ¿Temes a Dios, en verdad eres un creyente piadoso, que tiene en cuenta a Dios en cada momento de su vida, un creyente que sabe que está delante del Señor siempre y honra Su presencia? eso es ser limpio de corazón.

Pero también significa estar sin mancha, es decir, no estar sucio, contaminado, manchado por el pecado. Sólo los limpios de corazón entrarán a la nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:27), y la sangre del cordero de Dios puede purificar y desmanchar aquello que por naturaleza es engañoso y perverso (Apocalipsis 22:14). Solo el de corazón limpio tiene la capacidad de amar al Señor con todas sus fuerzas y con toda su alma. En última instancia, ser limpios de corazón significa ser como Cristo, (1 Pedro 2:21-24), en quien no hubo pecado porque vivió su vida terrenal centrado en un propósito: hacer intencionalmente la voluntad de Dios. Y digo intencionalmente, porque Él no vino como una víctima a la que se le impuso una carga que no deseaba llevar, sino como Aquel que voluntariamente se despojó de Sí mismo para redimirnos. Él no sólo es nuestro Salvador, es también nuestro modelo, la medida de Su estatura es la que debemos alcanzar. Es por ello que Juan afirma: “el que dice estar en Él, debe andar como Él anduvo” (1 Juan 2:6) ¿Puedes examinarte a la luz de lo que se ha dicho hasta ahora y preguntarte si eres o no un creyente de corazón limpio?

Jesús dijo “bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. esta es la esperanza por la cual el creyente busca las cosas de arriba, esta es la promesa que hace que nos purifiquemos por medio de Cristo y busquemos la santidad sabiendo que sin ella nadie verá a Dios (Hebreos 12:14) ¿Cómo será esto? no lo sabemos con exactitud, pero si podemos decir, que los de limpio corazón son bienaventurados, porque todo el que ha sido lavado en la sangre del cordero puede decir que ha visto la bondad del Señor en esta tierra, coronándole de misericordias que no merece y experimentando la plenitud de gozo que solo se haya en la presencia de Dios, sustentando y afirmando su corazón en cada vicisitud de la vida… aquel que es limpio de corazón ya ha visto a Dios en esta vida. Pero también le verá cuando Él venga por Su Iglesia. Dice la Escritura: “seremos transformados y le veremos como Él es” (1 Juan 3:2) ¿Es este tu mayor deseo, te estás preparando para ese encuentro?, ¿quieres disfrutar del supremo bien que solo disfrutan los que viven y andan como lo hizo Cristo? Necesitas estar limpio de corazón y la manera en que vives la cotidianidad de tu vida es la respuesta más precisa a estas preguntas.

Oración: precioso Señor Jesús la Escritura dice que cristiano se le comenzó a decir a aquellos que vivían y andaban como Tú lo hiciste, aquellos que un día tomaron la decisión de tomar la cruz, negarse a sí mismo, aborrecer lo que antes amaban y seguirte con el propósito de procurar tu gloria. Cada uno de ellos en algún punto de sus vidas volvió a nacer, tu sangre preciosa les lavo de todas sus inmundicias y cubrió sus iniquidades. Tú les diste el sello de tu Espíritu Santo y junto con ello un espíritu de poder, amor y dominio propio para ser fiel a ti incluso hasta la muerte… Señor cosas más insignificantes que la amenaza de la muerte me han llevado a deshonrar tu presencia y hoy me pregunto ¿tengo yo esa bienaventuranza? ¿Es mi corazón un corazón limpio digno de verte a ti el Único Dios Verdadero? Oh Señor, purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Crea en mí oh Dios un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mí, porque digno eres tú de que toda mi vida este rendida al servicio de tu gloria. Amén