No juzguéis… para que no seáis juzgados

“No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido” Mateo 7:1-2

Esta sentencia implica mucho más que sólo evitar juzgar para que otros no nos juzguen dado que si esta es la razón por la que lo hacemos estaremos pensando más en lo que nos conviene a nosotros que en lo que trae gloria a Dios y eso no es lo que Cristo viene enseñando en Su sermón. Antes, Él ha desafiado a Sus discípulos a olvidarse de ellos mismos y a enfocarse por encima de todo en agradar a Dios. No es el juicio de los demás hombres el que Cristo nos está llamando a evitar, sino a evitar el juicio de Dios como consecuencia de tener un corazón inmisericorde.

No debemos temer tanto el juicio del hombre y la opinión del hombre, como la opinión y el juicio de Dios, a pesar de que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1) para los que han oído y obedecido a Su evangelio y que por ello tienen vida eterna y no irán a condenación porque han pasado de muerte a vida (Juan 5:24). Pero aun así no debemos vivir la vida cristiana con superficialidad y ligereza, usando la libertad cristiana como pretexto para hacer lo malo (1 Pedro 2:16) Si somos hijos de Dios toda maldad será juzgada por Él, aquí en esta tierra, y cuando tengamos que dar cuentas, “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:6) Dios castigará en Sus hijos toda superficialidad que nos lleve a olvidar nuestra indignidad, que nos haga desconocer el valor de la gracia que nos ha sido otorgada en Cristo. Rendiremos cuentas, no en un juicio condenatorio, pero sí se evaluará ante el Señor nuestra manera de vivir como cristianos (1 Corintios 3:13-15) ¿qué tesoros estamos haciendo?

Iglesia no juzguéis para que no seas juzgado por Dios con el mismo juicio y con la misma medida… es decir, no juzgues con juicio condenatorio porque recibirás de Dios conforme a lo que has conocido de Él y se te demandará conforme a lo que se te ha confiado (Lucas 12:47-48) somos responsables de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios que conocemos para honrar a nuestro Padre celestial, pero si yo siendo un asesino (entendiendo el asesinato como lo enseñó Jesús) juzgo inmisericordemente a mi prójimo por ser un adúltero entonces yo también seré juzgado sin misericordia conforme a ese conocimiento con el que condené a otros (Santiago 2:11-13) esta es una enorme advertencia para todo cristiano, para que nos cuidemos de vivir superficialmente, para que nuestro cristianismo sea mucho más que solo cumplir con la asistencia del domingo, para que estemos comprometidos con vivir y andar como Cristo en toda nuestra cotidianidad, y comprometidos también a tratar a los demás del mismo modo en que Cristo nos ha tratado a nosotros a pesar de nuestra maldad… vivir nuestras vidas en la presencia de Dios, bajo Su autoridad y para Su gloria, sabiendo que a Su tiempo Él juzgará la obra de cada uno.

Oración: Señor Tu Palabra dice que Tú has escogido a lo necio, lo débil y lo despreciado del mundo, eso éramos cada uno de los que por Tu gracia hemos creído y obedecido a Tu evangelio, ninguno de nosotros pasó de muerte a vida por merecerlo, todo lo contrario. Perdona nuestro pecado de parcialidad, perdóname por creer que mis pecados no son tan grandes como los de otras personas, perdóname por minimizar mi pecado que es tan grande que sólo el sacrificio de Cristo en la cruz pudo satisfacer la ira que mi pecado provocó en Ti. Perdóname por maximizar el pecado de mi prójimo al punto de incluso creer que Tu obra en la cruz no es suficiente para limpiar su maldad, si Tú pudiste dar vida a alguien como yo Tú puedes hacerlo con cualquiera que esté al igual que yo muerto en sus delitos y transgresiones sin importar cuáles sean. Te alabo mi Señor porque para Ti todas las cosas son posibles, para ti nadie es demasiado pecador como para estar fuera del alcance de Tu gracia. Guárdame de sentarme a juzgar como sólo te compete a Ti, antes apasiona mi corazón en vencer con la misericordia el juicio. Amén